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París, la capital de Francia, muy conocida como "La ciudad del amor"  en esta ciudad, vive una linda chica con el cabello oscuro.

Vivía cerca del instituto donde estudiaba pero extrañamente siempre se le hacía tarde, salió apurada del edificio donde vivía y cruzó la calle para llegar al instituto.

Fue entonces cuando localizó a los gemelos Agreste, uno de ellos le sonreía a las cámaras y el otro, con ayuda del guardaespaldas se abrió camino para salir de ese escenario tan incómodo.

Siempre tan alegre, Felix –dijo la azabache cuando el rubio se dirigía hacia la entrada.

–Espero que tengas nuevas excusas, Dupain, así no ocasionarás mas catástrofes como este –comentó el rubio con ceño fruncido.

El chico siguió con su camino y la azabache solo fingió ignorar al rubio pero reconocía que tenía razón, si hubiera dicho una mejor excusa para proteger a su mejor amigo, él no estaría respondiendo preguntas ensayadas mientras una sonrisa se mantenía en su rostro.

El timbre que informa el inicio de clases se escuchó, Adrien amablemente se disculpo con los reporteros y se dirigió hacia su amiga, ambos se adentraron al instituto y caminaron hacia su clase.

–Lamento mucho eso, si no hubiera sido por mi tonta excusa ilógica, no hubiera pasado eso –se disculpó.

–Tranquila, Mari, fue culpa mía, nunca debí meterte en todo esto –comentó el de ojos esmeralda con una sonrisa.

–Yo me metí sola, somos amigos, mi deber es protegerte en tu etapa de rebeldía –ambos rieron ante ese comentario.

–Solo...estoy probando cosas nuevas –se rascó la nuca con nerviosismo.

–¡Y vaya que estas aprendiendo de mucho! –comentó con burla y al mismo tiempo lo codeo.

Marinette se sentó con su mejor amiga Alya y Adrien se sentó junto a Kim, las clases transcurrían con normalidad como el resto del tiempo.

Marinette y Adrien han sido muy unidos desde que se conocieron, la azabache fue la primer amiga del joven modelo, haría cualquier cosa por él, incluso hasta perder la reputación que tiene de una chica bondadosa y pura, y lo está consiguiendo, al rubio suele molestarle eso, pues la fama y reputación que su hermano se ha ganado, sólo le traerá problemas a la azabache, pero eso es algo que Felix hace muy bien, fingir que Marinette no le importa en absoluto.

Tu hermano tiene una nueva víctima –mencionó en un tono burlón el chico de mechón rubio.

–Lo que ese idiota haga o no, es asunto de mis padres, no el mio –respondió en un tono serio mientras movía un chicharo de un lado a otro con ayuda del tenedor.

Deja de molestarte tanto, Marinette no es una niña pequeña, ella sabe muy bien lo que hace y el porqué –dijo al terminar de masticar.

–Marinette solo es una chiquilla caprichosa y tonta que está deslumbrada con la apariencia de Adrien, creé que haciendo todo eso llamara la atención del señorito y se meterá con ella como ya lo hizo con medio París? –bufó– niña estúpida.

Tranquilo amigo, un día ella sufrirá y vendrá corriendo hacia ti, otra vez, llorando y diciendo que todo el tiempo tuviste la razón –dijo intentando no soltar una carcajada.

–Daría lo que fuera por ver eso, pero mientras tanto, tengo que ver como ella está cavando la propia tumba de su dignidad...–sonrió burlon y le dio un trago a su bebida.

Entre Felix y Marinette existía rencor, uno hacia el otro, pero hay algo en que ellos concuerdan:

Felix no se equivoca.

Ambos harían un gran equipo si se unieran pero el orgullo es el gran defecto que el ser humano puede tener, mantener tu orgullo es mantener tu dignidad a salvo, pero...a que costo? Perder momentos únicos? Oportunidades únicas? Personas importantes?.

Cuál es el verdadero propósito de Marinette al proteger a Adrien? La pregunta que todos se hacen.

Adrien, tendrás tiempo más tarde? –preguntó la azabache.

–En realidad...queria pedirte un favor –dijo un tanto nervioso.

La azabache se golpeó internamente y sonrió.

Yo te cubró, tal vez me haga bien tomar un poco de aire antes de llegar a casa.

–Estas acostumbrada a estas charlas ¿cierto? –La miró atento.

–Ni cómo decirte que no –soltó una pequeña risita.

–Eres mi ángel guardián, Marinette, no se que haría sin ti.

–Pues para empezar, no tendrías experiencia en eso –comentó antes de beber su malteada.

–Cómo sabes de mi experiencia? –preguntó intrigado.

–Las chicas hablan de eso, a decir verdad, les gusta presumir de eso –dijo en un tono serio.

–No es nada importante, lo sabes verdad? –preguntó preocupado.

–Lo sé, no te preocupes, te conozco mejor que cualquiera, sé cuando estás mintiendo y cuando estás diciendo la verdad.

–Eso da miedo pero es verdad, eres mi cajón de los secretos –le guiño un ojo y ella no pudo evitar sonrojarse pero lo oculto volteando hacia otra dirección.

Como sea, te veré luego, gracias, linda! –beso la mejilla de la azabache y se fue de la cafetería.

Marinette intentaba borrar la sensación de los labios de Adrien en su mejilla, pero parecía imposible, le molestaba mucho que el rubio hiciera ese tipo de cosas, solo logra confundirla ¿acaso el muchacho quiere que todas estén a sus pies?.

La azabache no lo admitía pero así era, ella estaba a sus pies y odiaba que Felix lo sospechara, pues sabía que en cualquier momento lo usaría en su contra.

Pero ella misma lo usaría en su contra.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora