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-No debiste hacer eso -dijo el joven modelo recargadose en la pared mirando a su amiga.

-No pude evitarlo, Adrien! -dijo la chica alzando un poco la voz, estaba hecha un mar de lágrimas.

-Debiste pensarlo dos veces antes de actuar -dijo serio- eres hija del alcalde, Chloe, tu comportamiento no fue el correcto -reclamó.

-Sabes que me gusta Felix desde que se alejó de la tonta de Marinette pero no se que hiciste que ellos se volvieron a acercar -dijo enfadada frunciendo el ceño.

-Hubo...un malentendido, sin embargo, ella está enamorada de él ahora y lo peor, es que él le corresponde -se dio cuenta de lo que dijo y miró a la chica con miedo- Chloe...-lo interrumpió.

-¿Felix está enamorado de Marinette? -preguntó con la voz quebrada- debes estar bromeando -soltó una pequeña risita- ¡vamos! ¡Dime que es una maldita broma tuya! -suplicó.

-El joven modelo soltó un suspiro y negó con la cabeza- Quisiera que lo fuera, pero no lo es, Chloe, ambos están enamorados y lo peor es que ahora están encerrados en la habitación de Felix -el último comentario lo dijo entredientes, pues estaba molesto por aquella situación.

-Tengo que salir de aquí -se levantó de la cama y se dirigió a la puerta de la habitación.

-Chloe, por favor, no hagas una escena más, no quiero que Marinette y tú se vean afectadas por esto -suplicó el de ojos esmeralda.

-Me iré a casa, Adrien, necesito estar sola -dijo firme y salió de ahí, dejando al rubio completamente solo.

En la mansión Agreste, a pesar de la escena que había creado la hija del alcalde de París, la fiesta aún no finalizaba, todavia se encontraban muchos adolescentes en la mansión, disfrutando de la música y la comida, sin embargo, había una morena que no se estaba divirtiendo, estaba preocupada por su amiga y por el joven modelo.

Tomo a su novio de la mano y ambos caminaron hacia la habitación del chico, al entrar lo vieron sentado en suelo con la mirada perdida, la joven pareja se miraron entre ellos y segundos después de sentaron a lado del chico.

-Hoy es mi cumpleaños y en lugar de sentirme feliz, me siento completamente miserable -dijo desanimado mirando el suelo.

-Lo de Marinette te sigue teniendo muy mal...-comento la morena.

-Si me hubiera dado cuenta antes de que yo le gustaba, tal vez todo sería diferente, ella sería mi novia! Estaría conmigo pero fui un completo imbecil y ahora está con Felix -dijo enfadado.

-No...no hay nada más que hacer, solo...robarle la novia a tu hermano -dijo el moreno con gorra, obteniendo una mala mirada de parte de su novia.

-No, no le haré eso, es mi hermano y...despues de todo tiene razón, yo fui el culpable de que ellos se alejaran en primer lugar, no seré un egoísta y por más que me duela -la voz del chico empezó a quebrarse y apretó los puños intentando sonar firme- debo dejar que Marinette sea feliz, jamás lo será conmigo, ya tengo una mala reputación, no dejaré que se hunda por mi culpa, Felix....-ya no lo resistió más, lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos- Felix la cuidara muy bien, de eso no hay duda.

Ambos morenos se percataron del estado en el que se encontraba el joven modelo, se acercaron a él, lo abrazaron y las lágrimas de Adrien no paraban.

Estaba dolido, lo admitía, pero era lo mejor para la azabache, no quería que ella siguiera sufriendo por la culpa del joven modelo y si tenía que soportar verla feliz a lado de alguien más, prefería que esa persona fuera su hermano.

En la habitación del chico con el cabello refinado, aquel contacto visual aún se mantenía. Hasta que Marinette perdió toda esperanza y se levantó del sofa, desilusionando al chico.

-Creo...que ya deberíamos dormir ¿No crees? O...¿tienes otros planes? -preguntó caminando en círculo.

-Ahh no, no te dejaría sola aquí, además, no quiero toparme con Chloe después de lo que pasó -miró a la chica- ¿tienes algo en mente que podamos hacer? -preguntó curioso.

-En...realidad no -sinceró.

Ella aún se encontraba apenada por la forma en la que se encontraba vestida, pero se sentía en confianza frente a él.

-Marinette...-se acercó a ella lentamente.

-¿Si? -preguntó confundida.

El chico se acercó a ella, tomando la pequeña cintura de la chica con ambas manos, haciendo que los dos se sonrojaran.

-De verdad quiero frenarme pero cada vez me vuelvo más vulnerable -acercó su rostro al de ella- en verdad quiero besarte pero...tengo miedo de que después no quieras ni hablarme -comenzó a rozar sus labios con los de ella.

-Yo te iba a besar la semana pasada -dijo con los ojos cerrados disfrutando de la sensación que producia aquel roce.

-Entonces...¿Puedo continuar? -dijo admirando el rostro de la chica.

-¿Estas esperando el año nuevo chino, Agreste? -dijo en un tono sarcástico.

El chico sonrió y de una vez por todas, unió sus labios con los de la chica, él sujetaba la pequeña cintura de la azabache mientras ella se encontraba con sus brazos enredados alrededor del cuello del chico. El beso era suave, lento y primerizo. Era el primer beso de ambos, tanto Felix como Marinette, jamás habían dado su primer beso, hasta ese día.

El corazón y la respiración de ambos estaban agitados, sus sentimientos eran mutuos y no podían estar más felices, cuando finalizaron con el beso, unieron sus frentes y una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos.

-Gracias por mi segundo regalo, te juro que ambos me encantaron -dijo el chico humedeciendose los labios.

-Estoy feliz de haber logrado mi objetivo -soltó una pequeña risita.

-¿No crees que ya charlamos mucho? -preguntó divertido.

Está vez, fue la chica quien comenzó el beso.

Minutos después, ambos adolescentes se encontraban en la cama, la azabache estaba recostada, jugaba suavemente con el cabello del chico, logrando despeinarlo, al igual que lo escuchaba con atención. Mientras el chico, él estaba leyendo su diario, una de las tantas páginas que hablan sobre Marinette.

-Marinette, es increíble, olvidé mi almuerzo y Adrien no quiso compartir el suyo, sin embargo, mi Marinette, si lo hizo -se humedecido los labios y continuó leyendo- ¿es correcto decir "mi marinette? Ella no me pertenece, no es como si fuera un juguete o como mi ropa o como los dulces que escondi y Adrien se comió sin guardarme uno. Adrien, Adrien, Adrien, siempre queriendo llamar la atención de Marinette, lo peor que es que lo logra! Yo intento decir algo gracioso y ella solo sonríe, pero el dice algo absurdo y se ríe a carcajadas, es muy molesto que haga eso.

La chica se desánimo al escuchar eso.

-Querido diario, Marinette ha estado muy distante conmigo, duele, duele aún más que la vez que me caí en el jardín y me salió sangre de ambas rodillas, recuerdo el dolor que sentí cuando Nathalie me ponían alcohol sobre mis heridas, el comportamiento de Marinette duele aún peor que esa vez -hizo una pausa y continuó- seguramente es por Adrien, los he visto muy juntos ¿estará enamorada de Adrien? Que digo! Es una locura! Ella me quiere a mí, no a Adrien ¿verdad? Ojala pudieras responderme pero mis preguntas se quedarán en este libro y nunca obtendré respuesta alguna tuya. Solo espero estar equivocado.

-¿Quieres que continúe? -levantó la mirada hacia la azabache, pues este se encontraba acostado sobre las piernas de la chica- después de esta página empieza lo peor...

-Mejor otro día, por ahora me siento cansada, no te molesta ¿cierto?

El chico se sentó sobre la cama y se acercó al rostro de Marinette, la chica se preparó para sentir los labios del chico sobre los suyos, pero sin embargo, sintió los labios del chico sobre la punta de su nariz.

-Dulces sueños.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora