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Ambos adolescentes se encontraban pacíficamente dormidos, algo peculiarmente extraño debido en la posición que se encontraban, la chica ocupaba la mayor parte de la cama, mientras el joven rubio, se encontraba con su cuerpo bocabajo cerca de la orilla de la cama. Una bella mujer dio unos golpecitos en la puerta, esperando respuesta pero eso no nunca sucedió, dio nuevamente otros golpecitos pero tampoco recibió respuesta.

La mujer procedió a entrar a la habitación del chico y habló levantando un poco la voz.

¿Felix? –dijo entrando y se sorprendió al ver a los adolescentes.

La azabache al escuchar la voz de la mujer, extendió su pierna, así empujando el cuerpo del chico y haciendo que él cayera. Al caer al suelo soltó un jadeo de dolor, la chica abrió los ojos lentamente, volteo la cabeza hacia la derecha y cuando su vista se aclaró, visualizo la presencia de la madre del joven, se asustó y se tapó con las sábanas, dejando solamente visible su cabeza.

Te traje tu ropa, Marinette –dijo amablemente.

Gracias, señora Agreste –dijo la azabache con el rostro completamente enrojecido de la vergüenza.

–¿Felix estas bien? –preguntó con una sonrisa burlona.

Si mamá, estoy bien –dijo el chico levantándose del suelo.

Bajen al comedor, el desayuno está listo.

–Claro, dejemos que Marinette se ponga su ropa –dijo el chico con una voz seria.

No tardes, linda –dijo mientras ambos se dirigían a la puerta.

Los veo en un momento! –dijo la chica cubriéndose por completo con las sábanas.

Se escuchó como la puerta era cerrada, se levantó de la cama para asegurarse de que solo se encontraba ella en esa habitación tan grande, se quito la playera del chico y empezó a colocarse su propia ropa limpia, el olor a detergente perfumado inundó sus fosas nasales, antes de colocarse la blusa, se dirigió al baño para lavarse la cara, tomó la pequeña toalla que se encontraba ahí y suavemente se secó el cabello.

Salió del baño, se colocó la blusa, arregló su cabello y al abrir la puerta se encontró con el joven modelo, Marinette sintió un cosquilleo en el pecho, mientras el corazón del chico se aceleró al igual que sintió un cosquilleo en el estómago.

Hola Adrien –dijo la chica saliendo de la habitación y cerrando la puerta detrás de ella.

Ho-Hola Marinette...–dijo mirando a la chica con atención.

¿Disfrutaste la fiesta? –preguntó mientras caminaba.

Si, algo, he ido a fiestas aún mejores, sinceramente –dijo rascándose la nuca.

Si, lo sé...–dijo seria.

B-Bueno...que tal...¿Que tal dormiste? –preguntó interesado.

Bien, yo bien, pero tu hermano no tanto –sonrió.

¿Por qué? –preguntó sin interes pero quería continuar hablando con la azabache.

Lo tiré de la cama hace un rato, supongo que es la primera vez que tiene una dolorosa mañana –dijo soltando una pequeña risita.

Recuerdo tu peculiar forma de dormir –imitó la acción de la chica.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora