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El ahora, joven modelo, se encontraba en los asientos de primera clase que portaba el avión, había pasado toda la noche llorando que ahora, sus ojos se encontraban secos.

»Seguramente Adrien no pudo guardar el secreto con Marinette y ahora ambos están pasando el rato juntos...como novios«

»como una pareja que realmente se ama«

»Un amor al mismo nivel, ni uno más alto que el otro«

Una linda azafata se acercó al muchacho y con una sonrisa amigable le preguntó que si se le ofrecía algo.

¿puedo realizar una llamada? –dijo en un tono serio.

Por supuesto, pero tiene que ser breve –respondió con amabilidad.

Bien, muchas gracias, por ahora no se me ofrece nada –sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y lo encendió.

Si se le llega a ofrecer algo, solo toque el botón –indicó y segundos después se fue.

El chico miró de reojo a la secretaria de su padre que lo acompañaba, la miró distraída en su tablet, probablemente realizando tareas que no dejaría hacerlas esperar.

Marcó el número de su antiguo teléfono y poco después, su hermano respondió.

¿Cómo te va? –preguntó tranquilo fingiendo su voz.

No se como haces para fingir muy bien esa voz, yo he intentando muchas veces poder fingir la tuya y no me ha funcionado –explicó totalmente derrotado.

Felix se forzó a no responder con un comentario grosero o sarcástico, al contrario, soltó una pequeña risita, típica de su hermano y respondió con la amabilidad que podía.

Solo esfuérzate por no..."meter la pata" –dijo mientras ponía los ojos en blanco por usar esa expresión.

Bien...–dijo sin más.

Te llamo luego, tengo que cortar, hermano...por favor, esfuérzate, no quiero ver mi nombre en líos.

–Tranquilo, ser tú es tan difícil que creo que me provocará ansiedad.

–Tener ansiedad no es divertido –dijo serio con su voz.

Ya lo sé, nunca dije que lo fuera.

–Adiós, cuidate –dijo volviendo a fingir la voz.

El joven modelo soltó un suspiro y cerró los ojos con la intención de hacer el vuelo un poco más corto.

Mientras tanto en París, una linda azabache de ojos azules, cepillaba cuidadosamente su cabello, se miró al espejo una vez más, tomó su bolso y salió de su habitación.

¿Saldrás? –preguntó su madre mientras lavaba los trastos.

Si, me encontraré con Felix en el parque –se dio media vuelta con la intención de irse pero volvió a girar su cuerpo hacia la dirección de su madre que le daba la espalda– Más tarde llegará Alya, planeamos una pijamada...¿No hay problema? –preguntó.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora