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El rubio de cabello refinado, puso los ojos en blanco intentando ignorar las palabras que pronunciaba su hermano.

–¿Entendiste, Felix? –preguntó serio.

–Adrien, después de la frase "aléjate de Marinette" –hizo comillas con sus dedos– no escuché nada más –dijo serio.

Fue lo primero que te dije –comentó mientras pasaba su mano por sus cabellos intentando calmarse.

Adrien, piensa por una maldita vez, ¿por qué me alejare de Marinette, después de haberte dicho que la amo? –preguntó serio.

Porque yo también la amo! Y no soporto verla junto a ti, una imitación de mi! Tomando su mano, no puedo soportar ni siquiera que te mire a los ojos como lo hizo hace unos minutos! –dijo molesto intentando no alzar la voz.

Tu no la amas, Adrien, solo quieres estar entre sus piernas, quieres hacer con ella lo que ya hiciste con muchas, incluyendo a Lila, su amiga –dijo serio.

–Callate –apretó los puños– estas equivocado, yo no pienso eso de Marinette.

–¿A no? –soltó una pequeña risita– ¿existe otra razón por la que a veces gimes su nombre? –encaró.

Adrien se sonrojo y lo miró desconcertado.

–Como-mierda...–Felix lo interrumpió.

Es una pena que no sepas valorar a Marinette como lo merece, pero no te preocupes, yo si lo hago, porque realmente yo sí la amo y a cambio de ti, yo no me hago escenarios sucios con ella –dijo firme.

–Solo aléjate de ella –dijo casi en un susurro.

No, no volveré a perder a mi chica.

–Ella no es tu chica –dijo molesto.

Eso, es lo que tu crees –sonrió engreído.

Ambos se miraban con el ceño fruncido.

–¿Debo agradecerte por hacerme perder el tiempo y no almorzar? Creo que no –pasó a un lado de él empujando su hombro.

Recuperaré a Marinette, Felix, cueste lo que cueste –dijo firme.

–Suerte con ello, Adrien –continuó con su camino.

El chico de cabello refinado al llegar a su clase, pateó el bote de basura y recargo sus brazos sobre el escritorio de su profesor, soltó un pesado suspiro y parecía que estaba mirando el suelo pero tenía la mirada perdida.

Tenía miedo, tenia miedo de que Adrien tuviera razón y Marinette se volviera a alejar de él.

Yo...te tengo un trato –sonrió engreída.

El chico levantó la mirada hacia la castaña y frunció el ceño.

Marinette, estaba impaciente, se preguntaba sobre de lo que estarían hablando los gemelos Agreste, pero en cuanto vio a Adrien entrar a la cafetería solo, frunció el ceño y se acercó a él.

¿Y Felix? –preguntó extrañada.

No lo sé, supongo que en su clase –respondió serio.

Marinette estaba apunto de irse pero él rubio la tomó de la cintura, impidiendo que continuará con su camino.

Por favor, Marinette, no lo vayas a buscar –la miró con tristeza, algo que ella intentó ignorar– me duele verte cerca de él.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora