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El chico de ojos esmeraldas, caminaba atrás de la chica intentando detenerla.

–¡Marinette, detente! –ordenó.

¿Por qué? –se dio la vuelta para enfrentarlo– ¡¿Por qué mierda siempre terminas teniendo la razón en todo?! Lo peor...es que disfrutas verme sufrir –dijo enfadada, ignorando el nudo que tenía en la garganta.

No, me duele, pero jamás has pensado en eso ¿o si? Siempre has pensado en Adrien Agreste y te olvidaste de mí, siempre quise que vieras las cosas como yo las veo, pero siempre te aferrabas a tu fantasías, me duele verte llorar, Marinette, por que no te odio, ni te detesto, sigo teniendote el mismo afecto que antes, solo que ya no puedo demostrártelo –respondió con sinceridad.

La azabache, estaba sorprendida, se olvidó del mal momento que presencio y se concentró en él, en Felix, mientras tanto el chico, se abofeteaba internamente por haber revelado aquella información, iba a comenzar a hablar pero no pudo, pues la de ojos azules se había aventado hacia él y lo había abrazado.

Eran los protagonistas de una escena sorprendente para todos, habían sido enemigos por cuatro años y ahora se estaban abrazando.

Adrien estaba preocupado, no quería perder a Marinette y sentía que el rencor que su hermano sentía por él, podría llegar a corromperla, tenía miedo de ser el enemigo de su mejor amiga, de la chica que tanto admiraba y amaba.

Por instinto, apretó sus puños y se dirigió hacia ellos para después tomar a Marinette de los hombros y alejarla de su hermano.

Deja de meterle tus sucias ideas a Marinette –reclamó el joven modelo.

¿Sucias ideas? Al menos las mías se limpian, no como las tuyas –dijo serio.

Sueltame –se alejo de Adrien y se posó a un lado de Felix.

¿No estas viendo? Te está manipulando y te está poniendo en mi contra! ¡El me odia, Marinette! –dijo alzando un poco la voz.

Pues no tanto como yo te odio –admitió la azabache.

Los gemelos se quedaron sorprendidos, Felix sonrió, pues se sentía orgulloso de Marinette, en cambio, Adrien estaba molesto y sus impulsos hicieron que golpeara a su hermano, el cual, no hacer nada, no era una opción y le regreso el puñetazo, ambos chicos, se estaban peleando nuevamente por la azabache, ella no sabía que hacer pues estaba sorprendida, esta vez, Adrien había dado el primer golpe.

Los rumores sobre la pelea de los gemelos Agreste, no tardó en llegar a los oídos del director del instituto, cuando esté salió de su oficina, todos los estudiantes estaban aclamando a Felix y otros a Adrien. El señor camino hasta donde se encontraban los adolescentes, les ordenó a otros cuatro chicos que separaran a los gemelos y cuando lo lograron estos sólo se miraban con odio, Adrien tenía el labio roto, los nudillos rojos y una que otra pequeña herida en la cara, mientras tanto, Felix tenía los nudillos rojos, la ceja sangrando y sangre escurriendo de su nariz.

–¡Ustedes cinco, a mi oficina! –gritó demandante.

Los cinco adolescente siguieron la instrucción del director y caminaron hasta su oficina, se encontraban sólo ellos.

–¿De verdad tenían que llegar a tanto? –dijo con frustración la morena.

Culpa al señorito "Perfecto", yo solo estoy protegiendo a Marinette –dijo molestó mientras sostenía un pañuelo manchado con su sangre sobre la nariz para detener el sangrado.

Pará eso me tiene, yo soy la única que puede defender a Marinette de un par de imbéciles como ustedes –regaño.

Por supuesto! Lo siento, Alya, olvidé tomarte en cuenta –puso los ojos en blanco mientras hablaba con sarcasmo– No sabía que proteger a una amiga, era ocultandole la verdad –dijo serio.

¿De qué hablas Felix? –preguntó la azabache con temor.

Dile...¿o prefieren que se lo diga yo? –preguntó arqueando una ceja.

–¿Que cosa? –preguntó mientras observaba a todos los presentes.

Todos se miraron, pero nadie pronunció palabra alguna.

Alya sabía que Adrien se follaba a Lila –soltó el rubio en un tono serio.

Es...no...eso, no es verdad –sonrió divertida– ella jamás me ocultaria algo así ¿verdad Alya? –dijo convencida de que era una mentira.

La morena dejó de morderse el labio y habló.

Tengo una explicación, Marinette –comentó.

–¡¿Es en serio?! –dijo con los ojos lagrimosos.

En ese momento, el director entró a su oficina.

Tengo cosas más importantes que lidiar con adolescentes descontrolados ¿Por qué empezó la pelea? –miró a los gemelos.

Adrien odia que Marinette no sepa el tipo de persona que es...–fue directo.

–¡Estas corrompiendo a Marinette con tu odio! –reclamó.

¡La estoy protegiendo de ti! –respondió molesto.

–¡Basta! Estarán suspendidos dos días comenzando desde hoy!

Los adolescentes salieron de la oficina del director, fueron a sus salones por sus cosas y posteriormente salieron del instituto.

Ahora hablen...–dijo la azabache con firmeza.

¿Qué más quieres saber? –preguntó la castaña con vergüenza.

Ahh no sé ¿como te enteraste? –miró a la morena y ella mordió su labio– ¿Por qué lo hiciste? –miró a la castaña y ella desvío la mirada– ¿Por qué con ella? –miró al joven modelo y él la miró con tristeza– ¿Cómo te enteraste? –miró a Felix y él sólo asintió.

Yo...yo los encontré en uno de los cubículos del baño de chicas –respondió apenada y la azabache apretó los puños.

Yo...sinceramente, no me pude resistir, solo miralo es...perfecto –respondió la castaña con sinceridad, la de ojos azules puso los ojos en blanco, el rubio con peinado refinado carraspeo la garganta para no soltar una carcajada y el joven modelo bufo.

¿Y tú? –Preguntó la azabache.

Por favor Marinette, no me obligues a decirlo –suplicó.

–¿Por qué ella, Adrien Agreste? –trago saliva aguantando las ganas de llorar.

–¡Por qué soy un idiota que folla con la primera que se me pasa enfrente! –respondió molesto.

–Marinette miró a Felix y él comenzó a hablar– Lo escuché cuando Alya le reclamó a Adrien y Lila, no me pareció justo que haya decidido ocultartelo, pero yo no podía hacer nada...comprendes ¿cierto? –miró a la chica y ella bajó la mirada.

Marinette se dio la vuelta y camino a casa.

–Bien hecho, Felix...–dijo molesta la morena.

Ella necesita amigos, no traidores ¿entiendes lo que quiero decir? –sonrió egocentrico y camino hacia su casa.

¿No irás con ella? –preguntó la castaña.

Ella necesita estar sola.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora