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Las gotas empezaban a caer por la ventana, ese día, ya había dado indicios de que comenzaría a llover en cualquier momento.

–Soy consciente de que no debí ocultartelo, pero ponte en mi lugar, Lila es mi amiga al igual que tú –la azabache la interrumpió.

Pensaste más en ella que en mí, que gran amiga –puso los ojos en blanco.

No! Yo sé que estas enamorada de Adrien, no quería verte llorar por él, no otra vez –dijo desesperada.

En la habitación solo se escuchaba la lluvia de fondo, todos se habían quedado callados, Adrien estaba sorprendido, no sabía que la azabache estaba enamorada de él, jamás lo sospecho y saberlo en esas condiciones, lo hacía sentir mal, porque todo el tiempo le contaba sus experiencias sexuales a ella, siempre le contaba con quien se metía y los defectos que tenía la chica cuando lo hacían, le pedía que lo cubriera para que él se fuera a follar con alguien más y ella aceptaba, nunca se negó.

Será esa la razón por la que principalmente se alejo de él, entonces no sería por culpa de su hermano, si no por el mismo, pensando en eso, lo hacía sentir peor.

Felix ya lo sospechaba y lo sabía pero que se lo confirmen, lo hacía sentir mal, solo imaginar que Marinette puede sentirse atraída por él porque es idéntico a su hermano, lo hacía sentir menos importante, se le destrozaba el corazón, pero fingía seriedad, fingía que no le importaba lo que había escuchado.

La azabache estaba molesta, Alya no tenía por qué revelar eso pero no pudo culparla, entendía la razón que la morena le dio, ella haría lo mismo, de diferente forma, solo para no lastimarla, la comprendió, pero estaba molesta porque no quería imaginarse lo que pudo haber sentido el rubio detrás de ella al escuchar aquella revelación, así que decidió aclarar las cosas.

Estaba...estaba enamorada de Adrien pero eso ahora es diferente, lo único que me hace sentir –lo miró– es decepción –él desvío la mirada para intentar ahogar sus lágrimas.

Eso es lo que tu crees, Marinette –dijo la morena.

La chica negó.

–Diría que...mis sentimientos cambiarón –miró su pulsera– y me siento afortunada de saber que soy tan importante para él como él lo es para mí –miró al chico detrás de ella.

Cuando conectaron miradas un trueno se escuchó de fondo, avisando que la lluvia sería más intensa.

–Perdón Marinette, no debí meterme con Lila pero...–suspiró– si te lo dijera...me odiarías para toda la vida y no me lo perdonaría, no quiero que me odies –la miro mientras una lagrima resbalaba por su mejilla.

Marinette miró a todos en la habitación y se sentó en su silla.

Los perdono –todos la miraron sorprendidos– pero no crean que todo volverá a ser como antes, necesito tiempo, aún me duele verlos a la cara y necesito sanar esa herida, necesito tiempo –dijo con un nudo en la garganta.

Será mejor irnos –dijo la morena.

–Pero está lloviendo –informó su novio.

Yo puedo llevarlos a casa –propusó el joven modelo.

Todos los jóvenes fueron hasta el recibidor del edificio, cuando se percataron de la llegada del auto de los Agreste, se despidieron de la chica.

Te veo mañana –dijo serio dirigiéndose al auto pero la azabache lo interrumpió, esto hizo que el chico se mojará por la intensa lluvia.

𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶 [𝙰𝚄 Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora