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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Ashley observaba a la distancia la conversación entre Melodie y Zach, estaban muy cerca el uno del otro y eso la puso furiosa, le resultaba insoportable que Hayley haya conseguido capturar a los dos chicos más guapos del instituto solamente por su apariencia de chica perfecta, la detestaba por ello.

Aún no podía creer que Zach estuviera sonriendo, tiempo atrás él no hablaba con absolutamente nadie, ni siquiera con Hayley, pero justo en ese momento parecían amigos de toda la vida.

Observó que ellos se tomaron de la mano y salieron juntos de la cafetería, cuando desaparecieron tras la puerta ella salió de su escondite y cruzó los brazos sobre su pecho.

—¿Qué tiene ella que no tenga yo? —frunció el ceño y sus ojos brillaron de rabia.

Ashley pensó: «Soy más alta, más popular, soy la capitana del grupo de porristas y tengo el mejor promedio de mi clase, además, soy rubia y los chicos siempre prefieren a las rubias. Hayley no se compara conmigo, yo soy superior a ella en muchos aspectos y me encargaré de dejárselo claro para que no piense que se quedará con lo que es mío».

La rubia dio media vuelta y salió de la cafetería. Había escuchado la conversación de Melodie y Zach, sabía que tendrían una cita al siguiente día y tenía un plan en mente para evitarlo, se encargaría personalmente de mantener a Hayley alejada de su chico.

Ella sacó el celular de su bolso y vio el fondo de pantalla del mismo, en la foto aparecía Tara rodeando los hombros de Melodie y los de ella.

—En esta historia no tendrás el papel protagónico, querida, no debiste meterte en mi camino. Seré tu peor enemiga —sentenció y sonrió con malicia.

Siguió caminando en dirección al campus, mostrando una deslumbrante sonrisa en sus labios, todos los chicos la miraban embobados por su belleza, la halagaban y le hacían toda clase de cumplidos, a ella no le molestaba, ya estaba acostumbrada.

En uno de los pasillos se cruzó con Zach, quien pasó por su lado sin siquiera mirarla, así que para llamar su atención ella dijo:

—Nos vemos la próxima semana en la clase del laboratorio, Zach.

Él la miró de reojo y le respondió cortante.

—Sí, luego —dicho eso continuó caminando sin mirar atrás.

Ashley sonrió y atravesó el pasillo a grandes zancadas, se detuvo al llegar al campus, vio a lo lejos al equipo entrenando, tomó asiento en las gradas y esperó que terminara el primer tiempo. Sacó el celular de su bolsillo y escuchó música en sus auriculares mientras observaba las estrategias con las que Logan pasaba el balón a los chicos de su equipo, él era muy bueno en eso y era consciente de ello. Logan siempre le había parecido un chico bastante atractivo, atlético, deportista, ambicioso por lograr sus objetivos, e inalcanzable. Todas las estudiantes morían por él y Ashley estaba incluida en ese grupo, pero ellos eran demasiado compatibles para estar juntos y ella le había dejado claro a Logan que entre ellos nunca habría nada, eran socios y buenos amigos, solamente eso. A ella le gustaban los retos, competir y cumplir lo que se proponía, así había sido desde siempre, y en estos momentos deseaba a Zach y lo tendría. Logan era una pieza clave en su plan, él no se negaría a ayudarla, puesto que también le gustaba la tonta de Melodie, los dos tenían un objetivo en común, separar a ese par para sus propios beneficios, y Ashley siendo la reina del engaño no dejaría escapar la oportunidad.

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