Melodie.
Un día leí una historia, la primera historia que me atravesó el alma, hablaba de un mundo que no era mágico ni maravilloso, donde los protagonistas se enfrentaban a la cruel realidad, esa realidad que la mayoría prefería ignorar, una historia que a pesar de ser destructiva fue hermosa por momentos. Al principio no lo comprendí, pero con el paso del tiempo lo entendí, porque esa no era una simple historia con final feliz, era nuestra historia y no tenía ese final de cuentos de hadas, ¿porque debía tenerlo? No lo sé, cuando era niña creía en las historias de princesas y en las novelas románticas que hablaban del amor verdadero, un amor que pensé que algún día encontraría, quise creer que en esta vida todos tienen un final feliz, pero la realidad es otra, te hace ver que no puedes soñar despierta, que esa realidad que vives día tras día es tu realidad, que esos problemas que se presentan en tu vida son tus problemas y no llegará un hada madrina a solucionarlos por ti, te hace entender que el amor verdadero no te dará un felices para siempre, es por eso que hoy sé lo que significa enamorarse, que aunque no es sinónimo de perderse, forma parte de su significado.
Mi historia no comenzó en un invierno frío, comenzó cuando lo conocí a él, cuando volví a encontrarlo, de tantas personas en el mundo lo volví a encontrar y no me arrepiento de los momentos que compartí con él, tristes, melancólicos o felices, lo importante era que estábamos juntos, perdiéndonos en la luz y en la oscuridad. Esa es la historia que prefiero contar, no tiene un final de telenovela, pero tiene algo mucho más esencial, amor en sus cuatro letras, narra la historia de dos jóvenes que se enamoraron perdidamente y se destruyeron inevitablemente. No importa cuál fue nuestro final si en el camino aprendimos a querernos y amarnos por encima de todo.
Por eso no quiero pensar que nosotros merecíamos más o menos de lo que tuvimos, prefiero pensar que él y yo nos encontrábamos en un término medio, entre lo compatible y lo incompatible. Fuimos felices, nos hicimos daño, nos reímos juntos y compartimos una conexión inquebrantable, es esa la historia que me hace feliz cuando le recuerdo, todos los días, a cada hora, minuto y segundo.
Ya perdí la cuenta de las veces que me acosté a llorar en la cama en la noche, sola, sin él a mi lado.
Por momentos siento un profundo rencor y odio hacia él, quisiera tenerlo delante de mí para gritarle y reprocharle tantas cosas, hacerle y causarle el mismo daño que me hizo a mí, y a veces deseo olvidarlo y dejarlo en mi pasado para siempre.
Ese es el eterno problema, se me hace imposible olvidarme de sus ojos grisáceos, de su voz, de su sonrisa, de sus caricias y sus besos, de todos esos sentimientos que siguen presentes en lo más profundo de mi corazón, es imposible olvidar a quien amas si nunca tuviste la oportunidad de despedirte.
«Escúchame Zach, no te necesito, te odio, me haces daño, siento la necesidad de ir a buscarte y me odio a mí misma por eso, quiero volver a estar contigo, pero no puedo. No es justo que me sienta así. ¿Por qué no puedo superarte?, ¿por qué me siento tan perdida?».
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Perdiéndonos
RomanceAl conocerlo él me envolvió en su penumbra, yo ilumine su camino y nos sumergimos juntos en el limbo de la perdición. Él y yo, somos luz en la oscuridad. ♡♡♡♡ Hayley Melodie es una chica que ve más allá del bien y d...