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Y allí estaba yo de nuevo, caminando al aula de clases con una torre de libros en las manos, mirando hacia ambos lados del pasillo para así evitar chocar con algún estudiante

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Y allí estaba yo de nuevo, caminando al aula de clases con una torre de libros en las manos, mirando hacia ambos lados del pasillo para así evitar chocar con algún estudiante.

Ya habían pasado algunos días desde mi último encuentro con el odioso de Zach. Si mis cálculos eran correctos, este día él regresaría a clases, ya que la semana de suspensión acababa de terminar y por alguna extraña razón me emocionaba la idea de que volviera.

Al entrar al aula, tomé asiento en un lugar libre y dejé los libros sobre el pupitre, después saqué un lapicero y una libreta de mi mochila, abrí la misma y comencé a hacer rayones en una hoja.

—Hola, Hayley —susurró alguien con voz ronca a mis espaldas, sonreí como boba y dirigí mi mirada hacia él—. He planeado algo para esta tarde.

—¿Lo cual es? —pregunté interesada, entrecerrando mis ojos con curiosidad.

—No puedo decírtelo a detalle, digamos que es una sorpresa, pero puedo asegurarte que una vez que lo veas no lo olvidarás —afirmó Logan mirándome fijamente. Su aliento cálido me provocó un escalofrío que puso en alerta todos mis sentidos.

—Ok, cuentas conmigo —murmuré, pasándome un mechón de cabello tras la oreja.

Él rodeó mis hombros con uno de sus brazos y me dio un beso suave en la mejilla.

—Vale, iré a tu dormitorio a las siete —dijo mientras acariciaba mis hombros con las yemas de sus dedos.

Su cabello me hacía cosquillas en el cuello, sus labios estaban a pocos milímetros y sentía su aliento fresco en mi mejilla, rozando mi piel.

—Te estaré esperando —le aseguré y él sonrió, apoyando su mentón en mi cuello.

—Debo ir a clases ahora, pero estaré esperando con ansias nuestro encuentro de esta noche —murmuró a mi oído con voz ronca. Sus labios acariciaron el lóbulo de mi oreja, me estremecí y sentí mis mejillas ardiendo.

Tras algunos segundos, Logan se alejó y salió del aula. Yo sonreí disimuladamente, pero borre mi sonrisa casi enseguida, pues sentí la mirada asesina de las chicas que se encontraban detrás de mí. Podía sentir la envidia y la rabia que las consumía mientras susurraban entre ellas insultos hacia mí, no les tomé importancia y preste atención al profesor que estaba a punto de dar la clase.

A la hora del almuerzo sonó el timbre, todos a mi alrededor se incorporaron de sus asientos y salieron volando del salón empujándose unos a otros. Yo guarde con calma mis libros y lapiceros en la mochila, después de hacerlo la colgué sobre mi hombro y salí del aula.

Caminé entre la multitud de estudiantes, pensando en la sorpresa que Logan tenía preparada. Nunca fui fan de las sorpresas, pero esta vez estaba muy emocionada y entusiasmada, preguntándome cuál era la sorpresa.

Al momento que di vuelta hacia uno de los pasillos, me encontré con algo inesperado. Zach estaba hablando con una chica pelirroja tras una de las columnas de concreto. No me atrevería a negar que sentí una pisca de curiosidad al verlo allí con esa chica, quería saber de qué podrían estar hablando.

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