Los días transcurrieron muy rápido, cuando menos me di cuenta ya era lunes de nuevo, el fin de semana había terminado y con ello los días de descanso. La semana siguió su curso y mis encuentros con Zach en nuestro lugar secreto también, últimamente nos llevábamos bien, ya no discutíamos y en ocasiones era tierno conmigo.
Cabe mencionar que no pasábamos mucho tiempo juntos, ya que Zach asistía a los entrenamientos de su equipo todos los días por la tarde. A mí me alegraba que hubiera un deporte que le mantuviera distraído, podía notar que el básquetbol era mucho más que un hobby para él, era su pasión.
Esa misma tarde habría un juego de básquetbol entre el equipo de Zach y el equipo de Logan, «Tigres VS Panteras», la idea de verlos jugando en equipos contrarios no me emocionaba demasiado después del último partido.
Los dos eran importantes para mí y no deseaba que ningún equipo perdiera, pero sabía que eso sucedería inevitablemente. Estaba segura de que nadie se daba cuenta de la gran rivalidad entre ellos, o quizá todos lo sabían y no le daban importancia, preferían ver cómo se retaban y se enfrentaban en los treinta minutos de juego.
Este sería el último partido de la temporada antes de las fiestas navideñas y el fin de año, y según el cronograma del instituto, el equipo ganador competirá con otro equipo que vendrá de intercambio desde otra nación, a principios del próximo año, medio instituto se ha vuelto loco desde que anunciaron esa noticia, a mí ciertamente me daba igual, el deporte nunca fue mi mayor fuerte, pero a pesar de ello no pensaba perderme la oportunidad de ver a Zach jugando y dando todo de sí para ganar la victoria.
Yo estaba sentada justo al lado de Tara, en la parte superior de las gradas, según las chicas —me refiero a todas las compañeras— este es el punto exacto desde el cual podemos observar el partido a gran detalle, y al decir esto me refiero a TODO detalladamente.
Me sobresalté al escuchar gritos a mi alrededor, en las gradas todos aplaudían y agitaban banderas rojas y azules de un lado a otro. Ashley dirigía el equipo de animadoras, quienes hacían en la parte inferior de las gradas una porra en conjunto de una coreografía perfectamente coordinada, diciendo en lo alto: «Panteras, Panteras, Panteras...».
Los chicos aparecieron en la cancha, en el lado izquierdo estaba el equipo de las Panteras –dirigido por Logan–, y del lado derecho el equipo de los Tigres –dirigido por Zach–, ambos equipos con camisetas de sus respectivos colores; Panteras (color rojo); Tigres (color azul), excepto los dos capitanes, ellos usaban chaquetas con sus nombres grabados en letras blancas.
El árbitro caminó hacia el centro de la cancha seguido de los jugadores, se detuvo en el círculo central de la cancha, Logan y Zach se ubicaron a ambos lados del círculo, el resto de los chicos se colocaron en sus respectivas posiciones, dispersos dentro del área de juego.
El árbitro lanzó el balón al aire, Zach dio un salto impresionante y tomó el balón con una sola mano, esquivó a Logan y comenzó a botar el balón rojo contra el suelo, a la mitad de la cancha se lo pasó a uno de los chicos de su equipo y el mismo chico continuó pasando el balón a otros jugadores, el cual pasó de mano en mano, de equipo a equipo hasta que regresó a Zach, quien fue el primero en anotar el balón en la canasta. Todos celebraron a mi alrededor levantándose de sus asientos y gritando como dementes y en coro: «¡Vamos, Panteras!», «¡Ánimo, Tigres!», «¡Que ganen los mejores!, ¡Que ganen los mejores!».
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Perdiéndonos
Storie d'amoreAl conocerlo él me envolvió en su penumbra, yo ilumine su camino y nos sumergimos juntos en el limbo de la perdición. Él y yo, somos luz en la oscuridad. ♡♡♡♡ Hayley Melodie es una chica que ve más allá del bien y d...