—¿Quieres un poco de intimidad?—le pregunté algo confusa mientras pensaba en levantarse para vestirse.
Estábamos en su habitación. No hace falta que diga que estaba haciendo ahí.
Determinamos que su habitación o su casa iba a ser mucho más segura. Al mismo tiempo estábamos intentando saber quién era la persona que estaba chantajeándonos.
—¿Intimidad? ¿A estas alturas? ¿Enserio?—preguntó con una sonrisa burlona—Creo que ya es tarde para eso.
—Es que no entiendo muy bien lo que está pasando—dije de repente—Realmente jamás pensé que algo así pasaría. Da igual lo que digas, me siento culpable.
—Pero estás aquí—dijo acomodándose en la cama, mirando al techo y suprimiendo la acción anterior—Nadie te está obligando. Quizá si estoy persuadiéndote un poco, pero en cualquier momento puedes renunciar.
—Después de todo lo que me hiciste...esto para mí es como acostarme con el enemigo.
—Hubo un tiempo en que fuimos muy cercanos—dijo refiriéndose a cuando éramos niños.
—¿Que razón había para que me trataras así?—pregunté sin pensar y con la voz temblorosa.
Él tensó su mandíbula. Acto seguido, se giró para mirarme. Me observó con esos ojos tan azules durante largos segundos, hasta que decidió hablar.
—Tienes que irte. Brisa vendrá enseguida—dijo despacio.
—Ahora estás echándome—dije sentándome rápidamente—¿No te sientes ni un poco culpable? Porque a mi la culpa me está matando.
—Se nota—dijo irónicamente—Y no, no me siento culpable. No quiero a Brisa. Solo quiero divertirme y a partir de ahora quiero que sea contigo, nada más.
Tan pronto como dijo esas palabras, me arrastré, poniéndome la manta alrededor de mi cuerpo e intentando salir de la cama como pudiera.
—Bueno, la dignidad la perdí el día en que me acosté contigo. No volverá a pasar más—dije intentando salir de la cama.
—Hay dos fallas en eso que acabas de decir—dijo—Lo primero es que ya me lo dijiste una vez y aquí estás. Y segundo, no tiene sentido que vayas a cambiarte a otra parte cuando he visto cada parte de ti con exactitud, el alma incluida.
—Por favor, apártate—dije seriamente.
—Necesito saber si te ha contestado ese número al que llamaste anoche. Al que me dijiste que habías llamado.
Solté un suspiro.
—Oh ósea que por fin hablamos de lo que habíamos acordado hablar—solté—Te recuerdo que me dijiste de venir solamente para eso. No para "Esto"—dije señalándonos.
—No he visto que te hayas quejado—dijo con esa sonrisa burlona—Además, recuerdo que en el baño tú habías dicho que teníamos un secreto. Esto ahora es casual.
Yo me quedé callada.
—Bueno, cambiando de tema...—dije rápidamente—No. El número no existe. Es más, ninguno de los números que nos ha escrito, existe. La persona se deshace de ellos para seguir manteniendo su anonimato. Así que yo creo que deberíamos pensar quién de nuestro entorno podría ser.
—No tiene porqué ser de nuestro entorno—dijo.
—Créeme que sí. Es alguien que la tiene tomada contigo y conmigo. La verdad, podría elaborar una larga lista de quién querría joderte. Sin embargo, yo soy inocente. Así que no entiendo nada.
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Mi Secreta Debilidad © ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]
Teen Fiction[PRIMER LIBRO DE LA SERIE "MI DEBILIDAD" 🔐]︎ Cat Caldwell nunca ha querido destacar, sobretodo después de haberlo hecho de la peor manera posible durante años. Darien Carter, por otro lado, siempre lo ha hecho y siempre tuvo en la mira a Cat, siemp...