Mi Secreta Debilidad © ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]

28. 𝑈𝑁𝐴 𝑅𝐴𝑍𝑂́𝑁 𝑃𝐴𝑅𝐴 𝑄𝑈𝐸𝐷𝐴𝑅𝑀𝐸 ✔︎

CAT

Clase de inglés matutina.

Intentaba atender a la profesora y pasar de las miradas asesinas de Fanny.

No estaba de humor para aguantar sus miradas y su manera de juzgarme, tenía mis propias preocupaciones y por increíble que fuera, las chiquilladas de Fanny no era una de ellas. Anoche, había llorado hasta hartarme, por lo que me encontraba con los ojos bastante hinchados. La razón era simple. Darien Cárter. Los Cárter. Si no era Fanny, era Darien.

Ayer por la tarde intenté ser normal. Me fui directamente al gimnasio después de salir de la cafetería donde trabajaba Darien. Bastante molesta después de su comentario.

Y en ese momento tenía que conseguir una cita con algún tipo del gimnasio.
Cuando entré examiné a cada uno de pies a cabeza. Lo buscaba de mi edad o dos años más como máximo, no quería que mis padres me mataran.

Tenía en la mente como principal a Jonah, pero no quería que mis padres pensaran que era mi novio. Había destrozado ya mi amistad con Gabe, con Fanny...ya sólo quedaba que Jonah estuviera en contra de mí. No quería usarlo, no era correcto. Debía ser creativa.
Darien no iba a ganarme. No podía hacerlo, debía encargarme de que no lo hiciera.

*FLASHBACK*

—¿No sabes qué máquina utilizar?—preguntó un chico acercándose hasta donde estaba yo.

El chico tenía el pelo castaño, un tatuaje en el brazo y los ojos color café. Llevaba un pequeño piercing en la nariz. Y estaba bastante bien. Parecía de mi edad más o menos.

—No...mm...—balbuceé como estúpida después de pegar un sobresalto por el susto—Parezco perdida ¿No?

—Bastante—contestó el chico—Puedo ayudarte si quieres....

—Gracias pero yo...ya había hecho ejercicio por la mañana—le informé—No estoy aquí por eso. Solo ignórame—dije.

—Me gustaría ignorarte pero...eres demasiado guapa para hacerlo—dijo poniéndose delante de mí. Bingo, qué fácil había sido.

Espera...demasiado fácil.

—Tú...¿Conoces a Darien Carter?—le pregunté sin pelos en la lengua. Si lo elegía podía hacerme quedar mal delante de mi familia. Tendría sentido que Darien le hubiera dicho algo.

—¿Si?—contestó él confuso por mi pregunta.

—Bien pues olvídame. Sé que estás fingiendo—dije alejándome de él y yéndome a otra esquina del gimnasio.

—Podrías haber sido más suave dándome calabazas...—dijo siguiéndome.

—No se trata de eso—dije con rapidez—Sé cuales son tus intenciones y ni de coña dejaré que Darien me vuelva a engañar otra vez...—dije mirándole.

—Hey, conozco a Darien—dijo—Todo el mundo lo conoce en la ciudad, no porque tenga una relación estrecha con él. Quizá alguna vez hemos coincidido en algo pero hasta ahí. ¿De qué estás hablando exactamente?

—Ignórame, que lo conozcas es suficiente para no confiar en ti. Créeme—dije sin tragármelo del todo.

Me apoyé en la pared del gimnasio. No tenía idea de qué iba a conseguir. Iba a ser realmente humillante acercarme a alguien y decir..."Hola, te pago veinte pavos si me acompañas a una cena". ¿Por qué había mentido?