30. 𝐿𝐴𝑆 𝐷𝑂𝐶𝐸 ✔︎

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CAT

21 de noviembre

—¿Hola?—pregunté mientras abría la puerta.

La chica pelirroja que se encontraba enfrente mío, podía paralizar a toda una ciudad si quisiera. No entendía por qué estaba la amante de Darien en su casa. Ahí, como si fuera su mujer.

—Buenas tardes—dijo mirándome—Cat Caldwell, ¿No es así?

Me quedé mirándola fijamente durante varios segundos. Me había quedado helada. Nunca la había visto de cerca pero ahora mismo estaba presenciando cada una de sus facciones.

—No finjas que no sabes quien soy—dijo despacio—Pasa. Darien no está aquí ahora mismo, no sé qué se ha ido a hacer pero...pronto lo sabremos—dijo sentándose en una de las sillas del comedor mientras me dedicaba una sonrisa.

¿Por qué estaba visitando a Darien?
Un sobre que se suponía que era para él, estaba en mi buzón. Y no, no eran facturas ni nada parecido. Era algo que venía de aquella persona anónima. La curiosidad me invadía, quería abrirlo. Pero decidí ser buena persona y llevárselo yo misma.

Y si, era una excusa para verle. Porque aunque lo hubiera visto en el gimnasio, yo también hacía una semana que no le veía. Se había tratado de una semana en la  que no dió señales de vida. No había trabajado durante la semana. Había hablado con Paris sobre eso.

Tuvo que mandarlo unos días a casa porque venía drogado como consecuencia de fumar porros de marihuana. La mayoría de las veces venía demasiado cansado y con los ojos rojos. Incluso se le llegó a caer la comida al suelo.

Estaba preocupada.

Pero cuando vi a Michelle supe que no era el lugar para dejar el sobre.

—¿Vas a quedarte ahí fuera?—preguntó Michelle.

—Tengo que volver a casa...—balbuceé—Volveré cuando esté aquí Darien.

—Aunque vengas más tarde, no desapareceré. Digamos que...—se acercó a mi lentamente—Ahora me vas a ver más a menudo. Por no especificarlo más—me sonrió.

Me quedé callada por un segundo.

Analizando cada una de sus facciones. Era todo de lo que siempre he estado insegura. Dí un paso atrás.

—¿Hay algún problema?—me preguntó despacio.

—Pues...no entiendo como te sientes libre de decirme eso. Está saliendo literalmente con mi hermana y estás insinuando que eres su amante.

—Yo no he usado esa palabra—dijo acercándose a mi.

—No te hace falta créeme. He oído muchas cosas desde mi ventana—dije mirándola con cautela.

No era un cachorrito asustado. Puede que los celos...influyeran un poco en mi forma de hablar.

—Y sin embargo...no se lo has dicho a tu querida hermanita—dijo despacio.

—No es asunto mío.

—Bueno, yo como hermana sí que se lo diría—dijo con una sonrisa—No es tu asunto, es cierto. Pero si eso le ayuda...

—Bueno, debería...

—Tranquila. Está bien que lo hayas hecho. Yo lo hago—dijo cogiendo un mechón de mi pelo—Al final, todo el mundo lo hace. Tiene eso...que te hace querer arreglarlo. Eso que lo hace adictivo...¿No es así?—me preguntó.

La observé confundida.

—Sé algunas cosas sobre ti—dijo—Tenéis una relación bastante estrecha—soltó con sarcasmo—Y...no, no estoy hablando de la típica relación de cuñados precisamente.

Mi Secreta Debilidad ©  ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora