Mi Secreta Debilidad © ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]

𝐸𝑥𝑡𝑟𝑎 𝑑𝑒 🎃: 𝐶𝐴𝑇𝑊𝑂𝑀𝐴𝑁 (𝑰𝑰)

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Ahora lo único que debía hacer era encontrar a Gabe.

La verdad es que con este disfraz me sentía bastante incómoda. Era bastante rígido y realmente sentía que iba desnuda por ahí. Pero el disfraz de bruja que había llevado hacia unos minutos, picaba y era mucho más incómodo que este, las cosas habían que admitirlas.

Me había deshecho del maquillaje que había tardado en hacerme media hora. Mi cara estaba enfundada en un potingue de color verde. Habían requerido demasiadas toallitas de desmaquillantes para deshacerme de ese tono verdusco.

En este momento encontraba saliendo de la habitación de Fanny. En mi rostro solamente había corrector. Mis labios estaban pintados de rojo pasión y llevaba una ligera sombra de ojos marrón bastante desapercibida.

Por supuesto, no esperaba que al salir de la habitación al gente muy mirada. Esto no era cenicienta.

—Dios te juro que ese disfraz te queda divino...—dijo Stef bajando por detrás de mi.

—Lo que tú digas...—rodé los ojos.

—Dijiste que ibas a adoptar una actitud distinta a la que sueles tener...—dijo ella molesta—Cúmplelo. Porque sino esto no va a funcionar.

—Está bien, joder...—dije respirando hondo. Después sonreí. Pase por delante del espejo que se encontraba en pleno pasillo y realmente me gustaba como se veía ese traje en mi.

Ni siquiera me reconocía yo misma en aquel disfraz.

Fanny agarró mi mano y comenzamos a bajar juntas por las escaleras. Todo el mundo estaba a lo suyo y la gente estaba bailando. Tampoco es que hubiera demasiada luz como para poder ver a la gente.

Pero debía de encontrar la zona de picoteo, donde se suponía que estaba Gabe.

—¡Stef!—gritó una chica. La chica se llamaba Dina, era una de las chicas que hubieran sido del séquito de Stef si no se juntara con nosotros. Se acercó a ella para abrazarla y hablar sobre la fiesta.

Al ver que la cosa iba para largo, le avise de que debía encontrar a Gabe. Así que por mi cuenta terminé de bajar las escaleras para poder mezclarme con toda esa multitud.

—¡Hey!—exclamó un chico con el que acabé chocándome. Intentando esquivar a la gente me había estampado con su pecho.

Y como a mi vida a veces le daba por cumplir todas mis desgracias, resultaba ser Grey. Disfrazado de hombre ensangrentado. Lo único que llevaba era lo mismo que Darien en el rostro dibujado y la camiseta rota ensangrentada.

Una excusa muy barata para poder ver su físico y no pensar en los asqueroso que es.

—¿Estás bien, preciosa?—me preguntó bajándose un poco a mi nivel para poder hablar conmigo. Me pasaba una puta cabeza. Ahora si que me sentía muy pequeña frente a él.

—Eh si, si...—dije intentando empujarle disimuladamente. Un montón de gente estaba empujándome y frotándose contra mi. Me sentía una maldita bola de Pinball.

—No tan rápido...—dijo aprisionándome.

—¿Me dejas pasar?—pregunté con absoluto nerviosismo—Tengo mucha prisa...

—No tienes que tratarme de esa forma bonita...—dijo hablándome por encima de la música—¿Qué es lo que tienes hacer con mucha prisa?