12. 𝐼𝑅𝑅𝐸𝑆𝐼𝑆𝑇𝐼𝐵𝐿𝐸 𝑂𝐹𝐸𝑅𝑇𝐴 ✔︎

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Después de una larga ducha, intenté arreglarme lo mejor posible. Sin llorar, sin maldecir el hecho de tener una familia como la que tenía. La mayoría del tiempo mis padres no estaban y yo debía estar con Brisa. Deseaba con todas mis fuerzas tener mi propia casa o apartamento. Deseaba graduarme cuanto antes e irme a estudiar al extranjero. ¿Por qué no? Al fin y al cabo había trabajado toda mi vida para unas notas perfectas, que me servirían para estudiar en buenas universidades.

Solo debía aguantar dos malditos años más para marcharme. Nada más.

Me maquillé lo mejor posible. Me había arreglado bastante, como si fuéramos a una cena elegante. Pero solamente iba a su apartamento. No era tan estúpida, seguro hablaríamos pero depende de cómo fueran las cosas, habría sexo o no. Era lo más lógico.

Cuando terminé de arreglarme, alcancé la chaqueta que iba a llevar hoy. Miré el sujetador que esa persona me había enviado, inmediatamente lo eché en el cesto de la ropa sucia. No iba a ponérmelo, el mero hecho de que me lo hubiera mandado para eso, me daba escalofríos. Incluso llegué a pensar que quizá me vigilaría con Elliot, por lo que iba a estar alerta.

Me atreví, a abrir las cortinas después de observarlas unos segundos.

¿Por qué tenía que ser tan curiosa? Pelearme con la gente jamás me dejaba buen sabor de boca. Ni aunque se tratara del insecto de Darien. Miré hacia su ventana, ya no tenía la persiana bajada. Lo observé en el escritorio. Mirando algo en el ordenador, pero sonriendo. Acto seguido vi unas manos rodeando su cuello por detrás y apoyándose en él. Claramente de una chica, una chica que me sonaba bastante de algo. Pero no sabía de que. La chica lo giró mientras éste estaba sentado en la silla y se sentó encima de él. Estaba ligera de ropa, no llevaba pantalones o lo que fuera, pero si llevaba una camiseta de tirantes. Darien cogió su barbilla bruscamente y la besó. Yo ni siquiera sabía porqué estaba mirando eso aún.

Estaba sorprendida. Primero porque estaba al borde de la muerte con su relación. Supuestamente necesitaba a Brisa y...¿Seguía poniéndole los cuernos?. Segundo, me había dicho que no besaba a las chicas así como así y resulta que si lo hacía. Era a mi a quien no quería besar. Me enfurecí. Ni que tuviera un herpes. Y tercero, estaba haciéndolo con la ventana abierta porque sabía que yo le iba a ver en cualquier momento. Intentaba demostrarme que era cierto lo de su ganado. Tampoco es que lo dudara. Pero de verdad....era repugnante. Así que cerré las cortinas. Demasiado molesta.

Alcancé mi chaqueta y baje rápidamente las escaleras.

—¿A donde vas?—me preguntó Brisa al verme dirigirme a la puerta.

—No te importa—le dije crudamente.

—Oh, si que me importa—dijo ella—Te recuerdo que estoy a tu cargo y normalmente me da lo mismo donde vayas pero...—dijo mostrando una sonrisa diabólica—Ahora voy a prohibirte ir.

—Oh ¿si?—dije con ironía y abriendo la puerta. Ella vino rápidamente y la cerró, con llave. Acto seguido se dirigió a la puerta trasera y también la cerró con llave.

—Pero que...¿Que estás haciendo..?—pregunté.

—Si yo no puedo tener un novio normal, tú no pasarás la noche con quien sea que vayas a pasar. Sé que Gabe no es tu novio, está más claro que el agua—dijo ella mirándome—no se con quien te estás viendo pero hoy le dejarás plantado. Porque me sale a mi del coño.

—¿Estas loca?—le pregunté al borde de los nervios—No puedes castigarme solo porque tú "novio" no sea normal. No tengo la culpa de que no pueda llamarse ni eso.

—Perdona, ¿Que?—dijo incentivando a que lo repitiera. Lo había oído.

—Brisa, no es mi culpa que lo tuyo y lo de Darien no funcione...

Mi Secreta Debilidad ©  ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora