23. 𝐸𝑆𝑇𝑂 𝐸𝑆 𝐿𝐴 𝐺𝑈𝐸𝑅𝑅𝐴 ✔︎

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CAT

—¿Cuánto tiempo más piensas ignorar lo qué pasó el lunes?—me preguntó Grey mientras avanzaba conduciendo su coche.

Estaba acosándome por la calle. Literalmente conducía al ritmo que estaba caminando.

—Pienso evitarte toda la vida—dije mientras agarraba fuerte las bolsas de patatas que había comprado en el súper.

—Sube al coche—me dijo—No quiero crear incomodidad en la carretera—dijo con una sonrisa burlona.

—Estás en un vecindario—dije—Largo. Piérdete. No pienso hablar del tema. Para mí es como si nunca hubiera pasado.

—Cat, estuvo muy bien...—dijo—Tenemos que repetirlo, por favor—dijo parando el coche a mi lado.

—No, Grey—dije sin pararme—¡Déjame tranquila!

Él salió del coche. Corrió hasta alcanzarme.

—¿Te ayudo con las bolsas?—me preguntó con una sonrisa.

—Grey, ¿Por qué me acosas?—le pregunté—Si tan desesperado estás, llama a alguna de tus prostitutas. Dijiste que tenías una agenda—le solté—Fui al supermercado a comprar más comida porque Jonah es un glotón. No quería ir sola pero necesitaba salir de ahí. No me siento especialmente bien ahora. No me apetece lidiar contigo.

—Esa última frase ha sonado como si me la estuviera diciendo Darien—dijo sonriendo sádicamente—Le has visto, ¿No?

—No es solo por eso—carraspeé—Lo dejé con Elliot la anterior semana. No me sentía bien haciendo estas cosas cuando...me llenaba la boca diciendo que estaba enamorada de él. Grey, solo fue sexo. Supéralo.

—Solo fue sexo...—dijo añadiendo una risa sarcástica—Lo tuyo con Darien también lo fue. Y sigues pensando en eso.

—Que te jodan—le solté—Darien Cárter no es mi puñetera vida. No es el centro de mi mundo—dije acercándome a él—Y si lo fuera tampoco sería asunto tuyo. ¿Se puede saber qué quieres de mí?

—Lo que quiero es seguir quedando contigo. Darien no es digno de tu atención.

—Lo que tú digas—le contesté—No me voy a volver a acostar contigo Grey. Y no necesito más tu ayuda.

—Si que necesitas mi ayuda, bombón...—me paró—Necesitas esas clases de piano. Y yo necesito volver a tocar tus suaves muslos...

—Dios, eres repulsivo—dije esquivándole.

—Entonces...¿Mañana?—me gritó.

—¡Que no!—le grité.

Volvió a detenerme.

—¿Está noche?—preguntó con esa voz ronca.

Me quedé helada por un segundo. Estaba haciéndome la dura. Pero en realidad había estado bastante bien y que tocara el piano, me recordaba que tenía algo de humanidad en el cuerpo.

—Olvídalo—le dije firmemente.

—¿Que olvide qué?—me preguntó con sarcasmo—¿Que olvide como disfruté viendo como te convertías en alguien distinta a lo que eres siempre?

—¿Podrías dejar de hablar de eso? ¡Fue un error que no volvería a repetir ni muerta!—exclamé.

—Así como fue un error la forma en la que gemías mi nombre encima de ese piano para que te diera más fuerte y más fuerte y...—me dijo con una sonrisa sádica.

—¡Eres repugnante!—le grité—Seguiré evitándote hasta que a ti también se te borre la memoria. No pienso hablar de ello y mucho menos repetirlo ¿Queda claro?

Mi Secreta Debilidad ©  ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora