31. 𝐷𝐼𝐸𝐶𝐼𝑁𝑈𝐸𝑉𝐸 ( 𝗜 ) ✔︎

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DARIEN

22 de noviembre

Me acerqué con cautela.

—Yo...—balbuceó con nerviosismo—Mi madre hizo unas magdalenas ayer y...—soltó un suspiro—Solo quería...

—No...—tragué saliva—No tenías por qué. Tampoco es que me encanten mis cumpleaños y...

—Lo sé—contestó—Lo sé...—se levantó y se acercó a mí—Pero...sabía que estabas depresivo últimamente. Con tu familia, la falta de dinero, Brisa...—enumeró—Lo único que quería era hacer algo bonito y que por una noche, pensaras en algo distinto.

Me quedé mirándola fijamente. Me parecía tierno que creyera que se trataba de esas mierdas. Puede que en parte sí. Pero la mayoría de mi desgana era por ella. Era porque no soportaba que estuviera con Ariel.

—Las velas son de Brisa—dijo sonriendo divertida y encendiendo las velas—Lo improvisé todo pero...puedo guardarlo todo si es incómodo o...

—¿Quieres que piense en otra cosa?—le pregunté.

Me miró fijamente.

—Quiero que a pesar de todo...estés bien. Lo único que deseo es que dejes de martirizarte por toda esa mierda. Te quitaste a Brisa de encima. Puedo prestarte algo de dinero a escondidas si lo deseas. Y...—suspiró—tu padre debe de quedarse al margen. Al menos hoy. Cualquier problema que tengas debería estar ausente hoy. Es tu día y...

—Deja de hablar...—le contesté y me acerqué con lentitud un poco más—Jamás te pediría dinero a escondidas. Lo que me queda y lo que gano en la cafetería me es más o menos suficiente. Estoy buscando más trabajos, pero es mi problema. No el tuyo. Y no deberías preocuparte cuando te hice...eso—dije—¿De verdad deseas que no piense en nada más hoy? ¿Que me enfoque en una cosa? ¿Al menos ahora..?

—Si...—contesté—Quizá sea contradictorio después de como te he intentado alejar todos estos días. Pero me importas, Darien—me dijo—Y no quiero que te metas en un pozo. Lo de la marihuana...

—Entonces—le interrumpí—Si deseas que piense en otra cosa...—tragué saliva y me acerqué a ella—Deja que te bese.

Se quedó sin habla después de mi proposición. Pero era lo que necesitaba. Era lo que quería. Lo que deseaba en este instante.

Me incliné con lentitud y me acerqué a la magdalena. Soplé y apagué las velas observándola.

—Ya he pedido mi deseo. Podemos irnos...—balbuceé.

—¿Eso es todo?—me preguntó después de un silencio.

—Cat...

—Lo siento—dijo—Solo..solo creí que reaccionarías distinto.

—¿Y qué esperabas?—le pregunté arrogantemente—Ya te dije que...

—Si, por supuesto—dijo adelantándose enfadada. La agarré del brazo para que no pudiera avanzar. Se giró.

—Me ha gustado...—le confesé.

—No tienes que...

—Me ha gustado lo de la magdalena—le dije—Me gusta que a pesar de mis errores, sigas preocupándote por mi bienestar. Me gustaba que te quedaras en mi mansión la noche antes de mi cumpleaños con Stefanny, solo para felicitarme la primera. Pero eso...—solté un suspiro—No es una sorpresa. Últimamente me gusta todo lo que haces. Y...

Y rápidamente, me dio un casto beso en los labios. Parecido al que recordaba, al que me dio cuando éramos niños, cuando intenté ayudarla y protegerla. Pero me aparté rápidamente tras sentir sus labios encima de los míos.

Mi Secreta Debilidad ©  ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora