Mi Secreta Debilidad © ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]

6. 𝑅𝐸𝑀𝑂𝑅𝐷𝐼𝑀𝐼𝐸𝑁𝑇𝑂𝑆 ✔︎

Sonó la alarma, 7:00 AM. Me levanté torpemente de la cama, con las sábanas cubriendo mi cuerpo. Me paré frente al espejo preguntándome qué diablos pasó ayer por la noche y porqué hice lo que hice. Porqué accedí, porqué me dejé llevar. ¿Es que no recordaba nada de lo que me había hecho ya? ¿Que clase de capítulo en mi vida es este? Sentía como si mi cerebro hubiera sido atrofiado. La Cat del pasado, jamás habría hecho algo así. Antes se hubiera suicidado.

Observé mi cuello, tenía dos chupones. Solté un leve suspiro, el recuerdo vino a mí rápidamente. Como Darien exploraba mi cuello. Como yo disfrutaba esa sensación. Mordí mi labio. Estaba lista para arder en el infierno después de esto. Me giré, eché un vistazo a mi cama. Por dios, los recuerdos no dejaban de taladrar mi cabeza. La cama fue el último sitio al que fuimos. En el que menos tiempo estuvimos.

Por eso, no me atreví a mirar la ventana, donde fue qué pasó la mayoría de las cosas. Había perdido mi virginidad con la persona que odié durante prácticamente cuatro largos años de mi vida. Cuatro años jodidos, muy jodidos por su culpa. Traumas, miedos, lloros...y aquí estaba.

Ya no solo era eso. Se trataba del novio de mi hermana mayor. Contrato o no, era propiedad de Brisa y yo...en mi vida había hecho algo tan cruel. Brisa sí que estaba enamorada de Darien. Y esto le iba a doler. Si llegaba a enterarse.

Fanny jamás me perdonaría algo como esto. Ella sabe todo lo que he sufrido por culpa de Darien. Nuestra amistad acabaría, es de esas hermanas que no quieren que se hable de su hermano de esa forma. Sobretodo si se trata de su mejor amiga. Y no porque sea protectora, sino porque sabe que significa ser amante de Darien Carter. Eran el paquete de hermanos más curioso del mundo. Eran muy iguales, lo único con lo que Fanny marca la diferencia total, es que ella jamás fue una abusona. Y nunca lo sería por nada del mundo.

No quería ir a la escuela, no había dormido absolutamente nada. Dos horas...solo dos horas había dormido, profundamente. Solté mi sábana, para quedarme totalmente desnuda en mi habitación. Me puse un chandal de verano y con el mismo moño que me había hecho ayer, bajé a desayunar. No iba a clase, no podía ir sin ver a Fanny con absoluta culpabilidad. Tampoco podía ir para contemplar a Gabe, enfadado conmigo. Si supiera esto, enloquecería. Necesitaba calmarme y lo mejor era ausentarme al menos un solo día. Para dormir, para pensar...

Antes de bajar, pasé por el espejo que se encontraba al lado de la puerta de mi baño, vi los chupetones y rápidamente me puse corrector en el cuello. Todo el que pude, para que nadie lo viera.

Cuando me aseguré bien de que no quedara rastro de ellos, solté un leve suspiro y bajé. Divisé la cocina, se veía nada más bajar las escaleras. Y sí, se encontraba a Darien, sin camiseta, haciendo unos huevos revueltos. Con los pantalones del pijama que debía llevar ayer y no lo hizo. Supongo que se los puso por comodidad. Pero yo sabía la verdad.

Con náuseas, terminé de bajar las escaleras. Entré a la cocina nerviosa. Intenté no establecer contacto visual con él y esquivarle de manera que pudiera coger las tostadas que se encontraban cerca de él.

-¿Has dormido bien?—preguntó irónicamente.

Él sabía cuánto había dormido, cuanto habíamos dormido. No le contesté. Me negué a hacerlo. Él fue a por las especias que se encontraban en el armario de debajo de la encimera en la que me encontraba yo buscando las tostadas.

Se posicionó detrás de mi. No sabía si estaba esperando a que terminara. Yo intenté coger las tostadas sin temblar. Y cuando las alcancé me giré. Él estaba cerca de mí, de tal forma que me arrinconaba entre la encimera y su cuerpo musculoso. Pero en ese momento no sabía cómo me sentía. Me sentía culpable. Era lo que quería creer porque el nudo en mi garganta, no ayudaba en absoluto.