Mi Secreta Debilidad © ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]

18. 𝐸𝐿 𝐸𝑁𝐺𝐴𝑁̃𝑂 ✔︎

—Has tomado la decisión correcta—dijo Grey con una sonrisa sádica mientras conducía.

—¿Y por qué siento que vas a enterrarme en algún lugar de la carretera?—dije algo aterrada.

—Porque es una opción—contestó.

—No me asustes...—dije agarrándome al coche—ni se te ocurra bromear con eso por favor.

—Cat—dijo mientras miraba al frente—Jamás mataría a alguien...

—Claro, pero sí que violarías a alguien...

—Cállate—me dijo molesto—No quieras que te deje tirada en medio de la carretera...

Me callé. A pesar de todo, ahora mismo estaba en sus manos. Así que preferí ahorrarme los problemas. Me quedé callada el resto del trayecto. Pero él no dejaba de mirarme.

—Osea que ya no...ya no me odias. Hablas en pasado—dije para romper el hielo.

—Ahora me atraes bastante. No voy a mentirte.

—Entiendo—dije incómoda—Esto es muy violento, así que finjamos que no ha pasado...—dije rápidamente—¿Queda mucho para llegar a tu casa?

—Ya estamos aquí de hecho—dijo girando a la derecha.

Solté un suspiro. Gracias a dios. En realidad ni siquiera sabía porqué estaba aliviándome. Estaba arriesgándome por un poco de información valiosa. Estaba arriesgándome, podía estar metiéndome en su trampa. Y no tenía idea.

Se bajó del coche tras aparcar. Yo instintivamente me quedé sentada.

—¿Vas a bajarte?—dijo abriendo mi puerta.

—Creo que preferiría ir a una cafetería, con gente. Estaría más segura. Yo...

—Cat, vamos—dijo agarrando mi mano y ayudándome a salir—si no querías esto en realidad, no debiste llamarme. No pienso tratar contigo si te comportas de esa forma—dijo cerrando la puerta del auto.

—¿Esperabas normalidad?

—Si tanto miedo tenías, por qué llamaste, hermosa—dijo buscando en sus bolsillos y sacando unas llaves. Abrió la puerta.

—¿Tal vez porque si no venía, ibas a contarle a Brisa lo de Darien y yo?—pregunté entrando a su casa con lentitud.

—Buen punto—dijo entrando detrás de mí—Ahora...ponte cómoda. Pero no toques nada.

Divisé su casa. Grey no aparentaba ser adinerado pero tampoco estaba mal en ese aspecto. La casa era bastante lujosa y ni siquiera vivía con sus padres. Pues nada más cumplir la mayoría de edad, se independizó. Caminé con lentitud mientras él se dirigía a la cocina. No sabía con exactitud qué carrera estaba haciendo o en qué estaba trabajando pero...le gustaba la música.

Pude localizar un gran piano en medio de la sala de estar. Varias guitarras, eléctricas y acústicas al lado de las vitrinas. Y una batería al fondo de la habitación.

La curiosidad me pudo y me acerqué poco a poco al piano.

—Oye—dijo desde la cocina—Dije que no tocaras nada.

—P-Perdón—me disculpé—Yo...—miré el piano—Yo también he tocado alguna vez el piano. Pero nunca aprendí de verdad y me encantaría aprender...siempre ha sido algo que he tenido en la mente.

—Pues no doy clases gratis, precisamente...—dijo viniendo con dos vasos de lo que parecía Ron. Apareció un escalofrío por mi espalda—Siéntate en el sofá.

Lo hice. La verdad, estando ahí no me convenía para nada desobedecerle. Se trataba de Grey Foster.

—A qué te refieres...—dije despacio.