𝐼𝑁𝑇𝑅𝑂 ✔︎

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𝙁𝙀𝘾𝙃𝘼 𝘿𝙀 𝙋𝙐𝘽𝙇𝙄𝘾𝘼𝘾𝙄𝙊́𝙉: 18/12/2021

Martes por la tarde. Aquí estaba viendo desde la ventana de mi habitación como un camión de mudanzas aparcaba casi enfrente de nuestra casa. Estaba observando cómo él, estaba a punto de volver a mi vida después de un año disfrutando cada minuto de su ausencia. Estaba intentando asimilar como mi vida iba a dar un giro de ciento ochenta grados sin siquiera esperarlo. Y en el peor sentido posible, claro estaba.

Sin poder evitarlo, miles de flashbacks vinieron a mi, como si de una gran bofetada se tratara. Miles de malos y aparentemente buenos recuerdos invadieron mi mente mientras analizaba cómo aquel chico de cabello rubio entraba con varias cajas a la casa de al lado. La verdad es que no podía creerlo. Me rehusaba a pensar que ese "ser" fuera a vivir a mi lado.

Pero si, vamos a ponernos en contexto. Nunca estuve segura de volver a incluir nuestros nombres juntos en una oración. Lo odiaba tanto que incluso llegaba a ese extremo. Pero la realidad era, que él fue quien me obligó a sentir esa emoción por él. Cuando de verdad, no siempre fue de ese modo.

La mayoría de mi infancia la viví cerca de él. Bueno, de él y de Stefanny Carter, su hermana pequeña. Quien tiene la misma edad que yo y actualmente, se trata de mi mejor amiga. Resumiendo, prácticamente yo me había criado con esa familia. Y me llevaba bien con ambos.

Con decir que a los cinco años, incluso había comenzado a verlo como un hermano mayor también, pues me cuidaba con tremenda dulzura. Como si fuera eso, su hermanita y la verdad, tenía mi admiración. A los ocho años comencé a pensar que estar en una habitación solos, jugando juntos a los transformers o cualquier juego que a él se le ocurriera, no me hubiera quejado. No hubiera estado nada mal. A los diez, a pesar de que supuestamente no me gustaban aún los chicos, comencé a sentirme rara cuando se juntaba con otra niña que no fuéramos yo o Fanny. Cuando decidía que no éramos lo bastante mayores para estar con él.

A los once lo admití. Cuando entraba en una habitación, me quedaba embobada mirando cada una de sus facciones, pensando que sentiría al ser lo bastante mayor como para volver a pasar el tiempo con él. Aunque no se trataba de eso en realidad. La realidad era que había comenzado a crear otro tipo de emociones inexplicables en mi. No podía establecer contacto visual con él más de dos segundos y deseaba estar a su lado, todo el tiempo. Y entonces caí en que así había sido siempre. Durante tres años previos de mi vida me había sentido así. Y no me había dado cuenta de eso.

En resumen, me gustaba. Fue mi primer "crush" o lo que fuera. No estaba especialmente orgullosa de eso. Por eso, siempre lo negué. La razón era simple, se suponía que aún me daban "asco" los chicos. Y por encima de todo, era el hermano de Fanny.

A los doce, llegó el momento de entrar a esa etapa de los "mayores". Por lo que había que comenzar el instituto. Y yo estaba lista para la nueva lección de vida que me esperaba. A esa edad era muy ingenua, jamás supe que a esa edad tendría que cambiar mi antigua mentalidad a la fuerza.

Que me tendría que ajustar a la opinión de los demás. Y que mi primer amor, se volvería una pesadilla. Los primeros días, me ignoró por completo mientras pasaba con sus amigos por el pasillo. Tenía a Fanny, pero siempre pensé en contar con él también. Me equivoqué rotundamente, lo entendí cada día que pasaba. Hasta bueno, un día la ignoración dejó de ser suficiente.

Mientras guardaba mis libros en mi taquilla, oía a sus amigos reírse a la vuelta de la esquina, a la vez que me miraban. Traté de ignorarlos, pero fue realmente imposible. Miraba de vez en cuando y me deprimía pensar que ya nada volvería a ser igual. Que por muchos meses que pasasen, ya no iba a ser lo mismo. Finalmente, uno de ellos se acercó interrumpiendo mis pensamientos. Se trataba de Grey Foster, uno de sus amigos más cercanos. Nunca tuve relación alguna con éste y me encontraba confusa al verlo a mi lado. El pasillo estaba desierto, había comenzado la siguiente clase. Yo llevaba la bolsita de mi almuerzo en un brazo y los libros, en otro. Para mi sorpresa, hizo caer mis libros con un manotazo y me exigió la bolsa: "Dámela".

Yo me negué por completo y los demás se posicionaron detrás de él. Con el corazón en la boca, agarré la bolsa con fuerza e intenté agacharme para recoger los libros. Pero Grey agarró un mechón de mi pelo y lo jaló con fuerza. Tras pedirle que me soltara repetidas veces, comencé a llorar. Y la persona que creí que siempre me cuidaría, estaba ahí petrificada y mirándolo todo. Cuando creí que iba a arrancarme el mechón de pelo, él apartó a Grey con fuerza, tirándolo al suelo. Grey confuso, le miró fijamente desde ahí.

—Suficiente—dijo firmemente—la próxima vez me encargaré yo.

Estaba viéndome llorar, literalmente. Presencié el momento en que comenzaron a tenerle respeto, en que él se convirtió en el cabeza de ese grupo del infierno.

Me lanzo una mirada fría y distante. Quería buscar algo de arrepentimiento en aquellos ojos azules. Quería ver esa persona dulce, con la que estaba ilusionada. Quería pensar que en el fondo de su alma...estaba arrepentido, que no quería su esto sucediera. Pero por supuesto, no tenía razón. Pues era lo que buscaba desde el principio. Me quedé petrificada cuando simplemente tomó mi bolsa del almuerzo y la arranco de mis brazos para poder irse con sus amigos, rápidamente.

Lo siguiente que recuerdo después de aquello, es que fui un juguete por años. Fui un objeto de burla durante todo ese tiempo. Y jamás me libre de eso, hasta que se graduó. Así que como dije, me obligó a odiarle. Y yo realmente, no quería hacerlo. Me esforcé por empatizar, por encontrar una manera de no sentirme así hacia él. Pero se lo había ganado a pulso. Él quería que le odiara. Así que...lo hice.

Era real. Aquel dulce niño, se había convertido en mi abusón por años.

Mi Secreta Debilidad ©  ✔︎ {+18} [ 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛✨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora