𝑹𝒆𝒄○ |The Umbrella Academy|

『Capítulo 14』

Varios años atrás...

Luego de una misión los chicos iban en el auto hacia la Academia, donde los esperaban los fans en las afueras nada más para verlos pasar. Entre todos ellos se encontraba un niño con un traje como el de la Academia, pero hecho en casa, se encontraba impaciente porque ellos llegaran para hablar con alguno.

—¡Ahí vienen! ¡Creo que veo el auto! — grita alguien entre los presentes.

Un Roll Royce negro se acerca para estacionarse en la entrada de la academia.

—¡Los veo! ¡Veo el auto! — gritan.

Todos en el lugar comienzan a gritar alentándolos, aclamándolos y saltando mientras levantan sus letreros donde muestran su admiración.

El primero en salir del auto fue el señor Reginald Hargreeves, seguido de número uno y el resto de los chicos de la Academia.

Cuando un niño de más o menos la misma edad que los chicos se salta la barrera y toma el brazo de la chica morena llamada Número tres o Allison.

—Perdón. Soy tu mayor admirador — le dice sin soltarla.

—Oye, no debes estar aquí — le dice Número uno tomándolo del brazo para que suelte a la morena y detenerlo.

—¡Vuelve tras la barricada! — grita el señor Hargreeves.

Todos alrededor de ellos se quedan en completo silencio observando la escena.

Mientras los niños de la academia entran al edificio, o bueno, la mayoría de ellos. La única niña rubia de los Hargreeves se queda un momento afuera para observar.

—Es solo... Nací el mismo día que los niños de la academia, creo que soy como ellos. Debo serlo — le explica el niño — No he descifrado cuál es mi poder... aún. Pero con su ayuda, podríamos saberlo.

—No tienes poderes. Nunca tendrás poderes. Ahora, ve a casa.

La rubia entra solo por algo de papel y un lápiz para escribirle algo al niño.

—No, por favor, solo... yo... tiene que dejar que me quede. Vine hasta aquí. Por favor, no me haga volver — rogaba el niño.

—Un pequeño consejo, muchacho — el mayor pone una de sus manos en el hombro del niño — no todos en este mundo pueden ser poderosos. Perseguir algo inalcanzable es la receta para una vida de decepción y sufrimiento. Así que sal de mi propiedad — termina diciendo mientras lo empuja a la carretera.

Todos los que estaban alrededor de ellos comienzan a reírse a carcajadas del niño, señalándolo.

Los chicos de la academia -incluyendo a la rubia- salen del edificio para encontrarse con las personas riendo y a su "padre" cerrando las rejas del edificio.

En un momento de distracción la rubia lanza el papel al niño frente a todos, para que este entre en el bolsillo de su pantalón y que lo pueda leer después.

Una vez el niño sale de ahí, toma un autobús hasta su casa, mete las manos en los bolsillos del pantalón y siente un papel, extrañado lo saca y lo lee.

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"Hola,

Disculpa el pequeño o bueno no tan pequeño espectáculo que hizo mi padre contigo afuera de la Academia, igual no te pierdes de mucho. Estar aquí no es tan emocionante como todos piensan, pero es lo que me toco y lo acepto.