𝑹𝒆𝒄○ |The Umbrella Academy|

『Capítulo 13』

Después de buscar un lugar donde amarrar a Klaus y no tuviera "tentaciones" encontraron un lugar en uno de los cuartos cerca de la terraza.

La rubia lleva una silla hasta la mitad de la habitación, Klaus se sienta en ella y Diego comenzó a atarlo con la cuerda. Esta enciende la cámara para grabar.

-𝑶𝒏-

—Muy bien, tres días antes del apocalipsis y nosotros estamos atando a Klaus a un asiento — muestra a Diego atándolo.

—Odio esta habitación — comenzó diciendo Klaus — bueno, me ayudo a drogarme. Me lleve todo lo de valor después de que papá murió.

—¡Aja! Entonces si te llevaste lo que Pogo estaba buscando — exclama su hermana sonriendo.

Klaus ríe.

—Más fuerte y más arriba — le dice a Diego.

Diego lo mira y jala de la cuerda para que se tensara más y apretara en el cuerpo de Klaus.

—Bien — contesta cerrando los ojos.

—Si veo una erección, me iré — le dice Diego dándole la vuelta — el fin del mundo y quieres estar sobrio de repente.

Ben los volteo a mirar.

—No me malinterpretes, hombre, bien por ti. Pero creo que quieres tomar toda pastilla que existe — termina.

—El pensamiento cruzó por mi mente, créeme — responde — pero hay algo que debo hacer y toda esa cuestión molesta no parece funcionar a menos que este sobrio.

—¿Vas a conjurar a quien perdiste? — le pregunta.

Klaus asiente.

La chica deja su cámara apuntando a los presentes y se acercó para ayudar a Diego a pasar la cuerda por debajo de la silla, ya que por su brazo malo no puede hacerlo bien.

—¿Cómo se llamaba?

Klaus da una pequeña sonrisa antes de suspirar — se llamaba Dave. Luchamos juntos en el Valle de A Shau en la Montaña de la Bestia.

Sussie toma una de sus manos.

—Debe haber sido una persona muy especial para aguantar lo raro que eres — comenta Diego.

La chica lo golpea en el brazo negando con la cabeza, haciendo que Diego suelte un grito por golpear su brazo malo.

—Si — le contesta Klaus riendo — sí, él era...era gentil y fuerte y vulnerable y... hermoso. Hermoso. Y yo fui... lo suficientemente tonto para seguirlo al frente de batalla.

—¿Peleaste en esa mierda? — le pregunta Diego.

—Sí.

—¿Te dejaron hacerlo?

—No creo que necesitara un permiso para pelear, sabes entre más soldados hubiese mejor para ellos, ¿no? — contesta la rubia.

—Sí. La guerra necesitaba cuerpos. Por favor — le responde obvio, Klaus — incluyendo el de él.

Diego se levanta después de que terminara de atarlo a la silla.

—Oye, míranos. Pasando algo de tiempo de calidad antes del fin del mundo

—Sí, más vale. Todos los que me agradan están muertos.

—Ah, sí. La mujer policía — dice Klaus mirándolo.

—Sí. Mamá también.

—Bueno, comienzo a creer que no te caigo bien — comenta en burla su hermana.