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Rose.

La búsqueda de trabajo para Mónica esta yendo fatal.

Ella se presenta a la entrevista, todo sale bien y en tres ocasiones le ofrecieron el trabajo, pero a la final la llaman para decirle que no consiguió el trabajo, o no la llaman en lo absoluto y ella se presenta al trabajo lista para trabajar, pero a la final la terminan echando del edificio despidiéndola en su primer día, dejándola confundida y avergonzada.

Le dije que si necesita que le de una lección a esos idiotas solo tiene que decirlo y lo haré, pero ella rechaza mi ayuda.

Es extraña toda la situación, lo que frustra a Mónica y mas atras me frustra a mi también. Como puedes contratar a alguien y en su primer día despedirla, y no pueden decir que Mónica no tiene lo necesario porque eso es una mentira. Ella manejo la empresa de su padre por años, antes de que tuvieran su diferencia, y se graduó de Yale, con la nota mas alta, en la universidad.

Ahora estoy afuera del edificio en donde esta teniendo una entrevista esperándola, en el coche.

La veo acercarse al coche furiosa a punto de explotar de la ira.

Ella abre la puerta del piloto en donde yo estoy sentada y me obliga a pasarme al lado del copiloto, yo lo hago sin quejarme, su rostro me da miedo.

Noto que ella gira en dirección opuesta hacia donde se supone que queda nuestra casa.

- ¿A donde vamos? - Pregunto curiosa y con miedo de decir algo y molestarla.

Ella no me responde. Solo me mira furiosa.

Luego de unos 30 minutos conduciendo, llegamos a una barriada que para entrar tienes que pasar por una garita de seguridad.

Mónica le dice su nombre y la casa a la que quiere ir. Él seguridad llama por teléfono a la casa que queremos visitar, luego de hablar con la persona en la otra línea, él no le permite la entrada a Mónica.

- Soy su hija, por el amor a Dios. - Mónica levanta la voz frustrada. Ya se hacia donde vamos, pero aun no se porque. - Tú me conoces, Félix, no seas así. - Le habla al seguridad.

- Lo siento señorita Morse, pero no la puedo dejar pasar. - Le dice el seguridad. - Su padre me podría despedir si la dejo pasar. Mis manos estan atadas.

Mi teléfono suena, miro el nombre en la pantalla antes de contestar.

- Te quería hablar sobre la cena con mis padres. - Dice Luke del otro lado de la línea. - ¿Qué es ese escandalo? - Pregunta. Mónica aun sigue intentado convencer al seguridad de que nos deje pasar.

- Es Mónica. - Le digo. - Lo siento, pero ahora no puedo hablar contigo. Hablamos luego, Te quiero. - Cierro la llamada sin dejarlo responder.

Mónica retrocede el coche, yo estoy creyendo que ya nos vamos, pero ella pisa el acelerador la puerta de la garita atenta.

- ¿Qué piensas hacer? - Le pregunto preocupada, deseando que ella no piensa hacer lo que tengo en mente.

- Tirar la verja con ayuda del coche. - Yo coloco el freno de mano antes de que ella destroce mi coche.

- Vas a terminar destruyendo mi coche en vez derrumbar esa verja. - Es una de hierro. - Vessera portus. - Digo un hechizo y la verja de hierro se abre.

- ¿Qué fue eso que dijiste? - Pregunta Mónica sorprendida.

- Un hechizo, ni loca iba a dejar que destrozaras mi coche. - Ella me sonríe. Aunque su sonrisa termina pareciendo la de una lunática.

Ella puede dar miedo cuando se lo propone.

Pasamos por la puerta antes de que sea muy tarde. Mónica maneja por las calles de la barriada, hasta estacionarse frente a la casa de sus padres o eso supongo.

La Reina Trihíbrida: Un nuevo comienzo. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora