La Reina Trihíbrida: Un nuevo comienzo. #2

13.

Rose.

Llegamos a la dirección de la fiesta de la que me hablo Luke.

No hay espacios en donde estacionar mi coche, ya que la calle esta repleta de carros. Es fácil saber cual es la casa de la fiesta, porque afuera de esta hay personas por todos lados bebiendo y besuqueándose y la musica esta al tope.

Según el reloj de mi coche, son las 8:21 de la noche y para ser tan temprano el lugar esta repleto.

A la final estacionamos a unos 5 minutos a pie de la casa porque no había ningún lugar disponible cerca de la casa.

Mónica y yo bajamos del coche y caminamos de vuelta a la casa.

Pude convencer a Mónica de venir conmigo. Creí que ella estaría mas nerviosa, pero ella esta relajada.

Entramos a la casa, hay personas por todo lados, bebiendo, conversando, drogándose o besuqueándose. Es difícil moverse sin que alguien te pisotee los pies.

Busco por todos lados a Luke, pero no logro encontrarlo. Me quedo con Mónica, pero luego de unos minutos ella me abandona, ya que se hizo amiga de un grupo de chicos.

Yo observo a Mónica desde lejos, asegurándome de que no haga una locura, ya que el alcohol esta empezando a afectar su juicio.

No se cuanto tiempo llevamos en esta fiesta, pero parece una eternidad. Si fuera por mi me hubiera ido desde el momento en que cruce esa puerta, pero Mónica la esta pasando bien, y ella lleva tiempo desde que se divirtió.

Los últimos meses he estado afuera mucho, de fiesta en fiesta, discotecas y de mas, pero estar aquí me aburre, este no es mi ambiente o tal vez no estoy de humor.

Estoy sentada en un sillón de un puesto, completamente aburrida. Cada segundo una pareja intenta sentarse sobre mi para besuquearse, y tengo que espantarlos.

Siento la mano de alguien en mi hombro. Me volteo para ver quien es y veo a Luke de pie frente a mi con una sonrisa y dos vasos en su mano. Él me ofrece uno y yo lo tomo.

Me toma de la mano y me lleva afuera de la casa. Una vez lejos del ruido y las personas él dice algo.

- Parece que no la estas pasando bien. - Dice él.

- Claro que si. - Trato de sonar convincente y emocionada pero el no se la cree. - Para nada. - Me rio, él también lo hace.

- Te entiendo, todos estan demasiado de borrachos o drogados que vuelve el lugar detestable. - Comenta. - Lo siento por haberte invitado, aunque en mi defensa creí que seria algo mas pequeño.

- No tienes que disculparte.

- Por cierto vi a Mónica adentro, ella si que lo esta pasando bien. - Comenta. Me rio recordando que hace unos minutos atrás ella intentaba tener una competencia de baile con alguien que no podía ni coordinar sus pasos, pero ella estaba demasiado de empeñada en ganar, lo cual me dio risa. - ¿Qué tal si damos una vuelta mientras conversamos? - Propone.

- Seguro. - Acepto.

Ambos caminamos por la acera mientras conversamos.

- ¿Desde hace cuantos llevas viviendo en la capital? - Es el que empieza la conversación.

- Creo que un año o mas, no estoy segura. - Respondo. - ¿Qué hay de ti?

- 25 años, toda mi vida. - Responde. - Y no pienso irme ya que ayudo a mis padres con él restaurante que ellos tienen. No es el mas lujoso, pero es uno de los mas concurrido en la ciudad.

Mirándole el rostro, él no parece de 25 años, yo le ponía unos 30.

- Eso es bueno. - Digo.

- ¿Dónde vivías antes de venir a la Capital? - Me pregunta interesado.