Rose.
- Me disculpo por todo lo que te hice sentir, créeme que nunca fue mi intencion tratarte de esa manera. Lo único que siempre quise es que fueras feliz a mi lado y te sintieras a salvo conmigo... - Dice Axel. Su tono de voz y la forma en que me mira me dicen que el en verdad se siente mal. Que hasta puedo sentirme mal por la forma en que le hable. - Por mi mente nunca paso la idea de cambiarte, me disculpo porque creyeras que eso era necesario para salvar nuestra relación porque te quería tal y como eras... - "Seguro" tengo ganas de decirle con un tono sarcástico pero lo dejo terminar. - O eso creí... Habría querido que me hubieras dicho antes de que todo se nos fuera de las manos.
- Ahora es muy tarde para eso. - Digo. Miro a mi alrededor porque me estoy empezando a sentir muy incomoda y quisiera estar en todos lados menos aquí.
Llamo la atencion de uno de los meseros. Y le pido que me guarde la comida en un recipiente para llevar.
- ¿Ya te vas tan pronto? - Cuestiona Axel.
- De que vale que me quede si ya tome mi decisión y hablando no cambiara las cosas. - Digo.
- Al menos dame una oportunidad para aclarar las cosas.
- No hay nada que aclarar, todo fue dicho. - Digo.
El mesero se acerca con mi comida metida en una bolsa y lo deja en mi mesa. Yo la tomo, me levanto de mi asiento y camino hacia la salida.
Axel me sigue no sin antes dejar dinero en la mesa.
Estoy caminando hacia donde estacione mi coche.
- ¡Me mentiste! - Grita Axel en medio de la calle.
Me detengo y me volteo hacia él, lo miro confundido sin saber a que se refiere.
- ¿De que hablas? - Le pregunto. Él se me acerca.
- Nunca me dijiste que eras una Banshee.
- No es algo que mantuve en secreto.
- Habías noche en la que no podía dormir preocupado por ti. - Frunzo el ceño confundida. - Siempre te levantabas en medio de la noche gritando, llorando o te ponías a hablar con alguien, teniendo conversaciones cuando no había nadie mas en el cuarto además de tu y yo, incluso habían momentos en los que te desconectabas y no importa cuantas veces dijera tu nombre no me respondías y cuando regresabas, te ponías a temblar y a llorar sin consuelo o hasta tenias miedo en los ojos... - Suena enojado. - Solo tenia que ver como perdías el control y yo solo tenia que quedarme a tu lado intentando consolarte sin saber que se suponía que debía hacer y luego de unas horas actuabas como si nada hubiera pasado.
Nunca me puse a ver como el la debió de haber estado pasando. Eso debió de ser bastante traumatizante verme en ese estado y sentirte inútil. Entiendo su enojo hacia mi.
- Disculpa por haberte hecho pasar por todo eso, pero creí que si no te decía te estaría protegiendo de alguna manera, pero no creí que te afectaría de esta manera. - Me disculpo. Honestamente me siento horrible.
- Hay tantas cosas sobre ti que no tienen sentido... Como el hecho de que moristeis y en los próximos 15 minutos resucitaste y tenias un corazón latiendo, como tus ojos cambian de color y la lista sigue y sigue. - Dice Axel.
- Créeme que siempre he querido decirte la verdad sobre todo, pero eso podría poner en peligro tantas cosas. - Le digo. Ambos nos relajamos mas. - Nunca he querido mentirte pero no tengo otra opción.
- Nunca habríamos funcionado. - Afirma Axel. Me una pequeña y triste sonrisa.
- No. - Digo en un susurro y le doy la misma sonrisa.
Él se me acerca y coloco sus manos en mi mejilla. Me da una dulce mirada. Su tacto me hace revivir ciertas emociones.
Yo lo tomo de las manos las que aun siguen en mis mejillas y le doy un mirada triste.
- A pesar de todo siempre te ame con tanta intensidad que me dolió decir esas palabras. - Unas pequeñas lagrimas abandonan mi rostro y él las limpia.
- No me puedo aferrar a la idea de que algún día regresaras a mi... - Unas lagrimas también abandonan su rostro. - Lo mejor que puedo hacer por nosotros, es dejarte ir.
- Siempre te amaré. - Digo.
Axel cierra sus ojos y une nuestras frentes.
- Yo... - Cierro mis ojos por el dolor y las ganas incontrolables de llorar. Yo quise esto, pero aun así es duro. Axel Williams Allen, Alfa de la manada Black Moon te rechazo a ti... - Su voz se rompe. - Rose de la Luna, como mi mate... - Abrazo a Axel tan fuerte como puedo al terminar esa frase y él me corresponde el abrazo con la misma intensidad que el mío.
Recuerdo lo que se sintió cuando dije esas palabras, el vacío que sentí en mi pecho, pero a pesar de eso aun podía sentir la conexión entre nosotros, aunque era débil, aun podía sentirlo. Ahora oficialmente todo lo que nos conectaba y nos hacia indispensable el uno para el otro desapareció.
No es su culpa, que lo nuestra nunca funcionara, porque desde el principio estábamos destinados a fracasar, nunca fuimos el uno para el otro, por mas que nos amaramos.
Doy gracias que Axel llego a ser parte de mi vida, porque me ayudo a entender como el amor no se debe de sentir y a valorarme.
Nos abrazamos como tanto lo sintamos necesario, hasta que decidimos romper nuestra distancia.
- Adiós, Williams.
- Adiós, Rose.
Nos damos una ultima mirada antes de darnos las vueltas y seguir nuestros caminos.
Camino hasta llegar a mi coche sin mirar atrás.
En cuanto me monto en mi coche, me derrumbo dejando todo salir.
Lo extrañare, y en verdad hubiera querido que lo nuestro si hubiera funcionado.
......
Llego al apartamento. Simba me recibe. Lo tomo en mi brazos y le doy besitos que él recibe con gusto.
Mónica esta en la sala viendo la televisión. Ella al verme llegar con mi cara depresiva me hace un espacio a su lado en el sillón.
- ¿Se acabo? - Pregunta.
- Se acabo. - Confirmo.
Ella me atrae a su pecho y me abraza consolandome.
- ¿Cómo la pasaste? - Le pregunto.
- Bien, si me deje llevar con los pensamientos en varias ocasiones, pero sobreviví. - Me sonríe.
Eso es un gran avance.
- Hay algo que te quería comentar desde hace un tiempo y esperaba que me ayudaras con eso. - Comenta Mónica. Por su tono y como evita contacto visual se que no esta segura si debe decirme.
- ¿Qué sucede? - Le pregunto interesada.
- Quería saber si me puedes enseñar defensa personal. - Me sorprende su propuesta.
- ¿Y eso?
- Quiero saber a defenderme y no tener que depender de ti, porque puede que un día no estés ahí... - Hace una pausa. Su mirada se pierde por un segundo, pero ella regresa. Me mira con ojos de perrito. - Porfis. - Me ruega.
- Seguro. - No tengo ningún problema.
El resto del día nos quedamos conversando y viendo películas.
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La Reina Trihíbrida: Un nuevo comienzo. #2
Fiksi IlmiahContinuación de La Reina Trihíbrida. Primera parte ya está publicada en mi perfil. Te aconsejo leer la primera parte antes de leer esta. Disfruta. ♥️