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—Muchas gracias doctora —la señora me hizo una reverencia luego de entregarle su pequeño cachorro.

—De nada. Recuerde por favor estar pendiente a sus estados de animo —le digo.

—Claro. Juni despidete de la doctora.
Sonreí divertida y acaricié el suave y esponjoso pelo del cachorrito antes de despedir a la señora y cerrar la clínica ya que por hoy había terminado mi labor.

—Estoy muerta —aparece Karina saliendo de la oficina mientras se estiraba junto a las demás chicas; Yeji, Lia y Chaeyeong.

—Ya pueden irse a descansar —sonreí quitándome la vata.

—Eres la mejor. Lo sabes ¿no? —sonreí ante lo dicho por Yeji y asentí.

—Nos vemos mañana. Adios~ —canturrean todas antes de irse.

—Adiós —me despido y me desplomo cansada en uno de los sofás mientras que recojo mi pelo en una coleta con la liga que tenía en la muñeca de mi mano izquierda.

Terminaba de organizar mi moño cuando mi celular comenzó a sonar desde la oficina. Me levanté y atravecé el pasillo hasta llegar a esta cogiendo mi móvil encima de la mesa de trabajo.
Sonreí al ver el nombre de mi esposo reflejado en la pantalla.

—Hola amor —sonreí.

—Hola cariño —él sonreía también—. ¿Ya terminaste por hoy?.

—Sí. Me voy a casa. ¿Por qué?.

—Llegué temprano del trabajo y he preparado una cena.

Sonreí —No demoraré entonces.

—Te espero. Te amo y ten cuidado al regresar.

—Mhm —sonreí y colgué.

Luego de organizar todo, cogí mi bolso y salí de la clínica luego de cerrarla. Me dirigí a mi auto y dejé mis cosas en el asiento copiloto, me puse el cinturón de seguridad y encendí el auto para dirigirme a mi casa.
La ciudad como siempre estaba tranquila. Algunas personas caminaban por las ceras tranquilamente. Los altos edificios de la ciudad estaban iluminados y bueno...¿que decir?. Seúl era una ciudad hermosa.

Me adentré por los portones de mi casa dirigiendome seguidamente hacia el garaje dejando mi auto al lado del de Youngjae, mi esposo.
Tomé mis cosas y salí del auto.
Para dirigirme continuamente hacia mi casa. Cuando estaba a punto de adentrar la llave en la cerradura, esta se abrió y Youngjae se mostró con un delantal mientras sonreía ampliamente.

—Bienvenida cariño —dice sin dejar de sonreír.

—Wow –murmuré sonriendo un poco mientras lo miraba tan apuesto con un delantal.

—Entra —me sonrió divertido y me adentré a la casa.

—Verte en delantal es un privilegio para mi —reí dejando mi bolso encima del sofá.

—Tenerte, si es un privilegio para mi —besó cortamente mis labios y sonreí—. Vamos.

Tomó mi mano y me condujo a el comedor donde ya estaba la comida preparada.
Apartó una silla para mi y yo sonreí divertida mientras me sentaba en esta.

—Hice estofado de kimchi. Espero te guste —dice como si fuese un chef.

–Mhm —canturree—. Ya veremos.

Di un probado a su comida, mientras el se mantenía con los ojos puestos sobre mi.

—¿Y?.

—Delicioso —asentí—. Deberías cocinarme más.

Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora