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                  Yoonhee;

—Llega a salvo —me dice mi madre luego de darme un corto abrazo de despedida.

—Sip. Las llamare a penas llegue —digo entonces dirigiendome a mi abuela y dandole un fuerte abrazo.

Luego de despedirme una vez más de ambas me dirigí a mi auto y me adentre a este poniendome el cinturón de seguridad.
Mi madre y la abuela agitaron sus manos en despedida y les devolví el gesto con una sonrisa.
Encendí el auto y arranqué este, dispuesta a emprender el viaje. Solo que cuando avancé si acaso veinte centímentros, sentí como el auto se iba bajando por debajo.

—¿Que mierda? —frené.

Me bajé del auto y mi madre y la abuela me miraban a la distancia sin entender.
Me agaché viendo las gomas del auto y resoplé no creyendo lo que estaba viendo haciendo que los mechones de mi flequillo se levantaran y volviesen a caer sobre mi frente.

—¿Que ocurre? —mi madre es la primera en acercarse viendo confundida.

—Una goma se ha quedado sin aire. ¿No es maravilloso? —que se haga notar el sarcasmo en mi voz, por favor.

Me levanto y bufo apartando los mechones de pelo que se colaron sobre mi rostro.
—¿Todo bien? —llega mi abuela—. ¿Por qué te detuviste?.

—La goma se ha quedado sin aire —explico—. Genial....

—Pero eso tiene solución, Yoonhee —dice mi madre mirándome—. Solo debemos encontrar a alguién que lo arregle.

—¿Siquiera hay un taller de autos aquí? —arquee una ceja sabiendo que no había exactamente un taller.

—La única solución es llamar a alguién en Busan que se encargue de esto —dijo mi madre encongiendose de hombros—. Si quieres llamo ahora mismo.

—Esta bien dejalo —murmuro—. Mañana. Esto ya hizo que me doliera la cabeza.

—Tampoco es tan malo, Yoonhee —dice mi abuela—. ¿Tan poco quieres estar conmigo y con tu madre?.

—No digas eso, abuela —suspiré—. Es que solo me frustra que cuando quiero hacer algo no salga como quiero. Me debia ir hoy, y ya veo que no será posible.

—Bueno. Mañana a primera hora llamemos a alguién que se pueda encargar de ello —responde mi madre.

—Supongo que sí...—suspiré nuevamente—. Llevare las maletas de nuevo a dentro.

—Te ayudo —se brindó mamá.



—¿Entonces no vienes hoy? —me pregunta Youngjae a través de la video llamada.

—No —respondí—. Mañana llamaré a alguién en Busan para que se encarge y pues, si puede que ya pasado mañana si esté en Seúl.

—Jo. Que suerte...

—Ni me digas nada —musité.

—La próxima vez no dejo que te vayas a ningún lado. Esta distancia no es fácil para mi —dice y eso me hace sonreír—. Te quiero.

—Yo también —le sonreí—. Y bueno. Pronto estare allá. Si es posible luego de mañana.

—Así sea —exclama y sonrío.

Luego de la llamada con Youngjae y de luego haber hablado con Karina informandole que pronto estaría allá en Seúl decidí ponerle una correa a Yangyang y dar un paseo.
Exactamente, ir a la cafetería y ver la reacción de Jennie cuando vea que no me fui.

Luego de unos minutos empujé la puerta de el local, y logré visualizar a Jennie detrás de la barra al parecer sacando unas cuentas.
Cargue a Yangyang y me dirigí hacia donde estaba ella.

Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora