Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

27

Ser besada por Jungkook fue simplemente algo que pasó más allá de mis límites.
En el momento que sus labios encajaron con los míos, fue como si me hubiesen subido al cielo. Y no fue exactamente eso, sino los millones de sentimientos que comenzaron a formarse dentro de mi. Sentía mi corazón latir tan rápido que tenía miedo de que se saliese de mi pecho, o que peor, él pudiese escucharlo. Mi pulso había aumentado el triple o quien sabe, incluso más que eso. No sabía como explicar exactamente el huracán que había desatado esto; sus labios junto a los míos. La forma en la que me estaba besando, me resulta incluso irreal. Era como si fuese demasiada imaginación en mi cabeza.
Pero no. Era cierto.

Podría caerme incluso si él no estuviese sosteniendo mi cintura de la forma en la que lo hacía. Sentí que me quedaba sin aire, y a pesar de que lo que menos quería era detener el beso, tenía que hacerlo si no quería morirme por falta de oxígeno.

Jungkook separó sus labios suavemente de los míos y estos hicieron un leve sonido al separarse completamente. Mi respiración era verdaderamente un desastre en este momento. Trago fuertemente mientras nos mirábamos fijamente y sin ninguna vergüenza en medio (o por menos de parte de él). Porque yo más vergüenza y timidez no podía sentir.
Sentía mi rostro tan rojo. De hecho, debía estar más roja que un dichoso tomate.

Me doy cuenta de como estaba jalando su cazadora y recordé lo que me había dicho la otra vez.

-L-lo siento -musité dispuesta a quitar mis manos pero él lo impide reteniendo mis manos sobre su pecho, y al hacerlo termino viendolo directamente a los ojos una vez más volviendo a mirar su hermoso rostro.

Tenía sus labios húmedos y estaban entre abiertos mientras me miraba. Pestañee seguidamente y tragué fuertemente. El queria volverme loca ¿cierto?. Sentía que me iba a dar algo en cualquier momento. Pero... ¿ahora que me pasaba?. Le había dicho todo, había dejado que me besara y ahora no sabía que decirle. Solo podía sentir el aumento de latidos de mi corazón y lo nerviosa que me sentía a medida que pasaban los segundos.

-No me mires así -susurré con la voz hecha un hilo.

-No...vas a cambiar de idea ¿verdad? -me pregunta entonces mientras me miraba y tenía cada una de sus manos sobre mi cintura rodeando esta-. No vas...a arrepentirte ¿cierto?.

Me le quedé viendo. Y verlo de esta forma, sentirme de esta forma, solo me hacía sentir demasiado bien. Era como...si no quisiese separarme nunca de él.

-No lo haré -le aseguré. Le enseñé mi meñique-. ¿Quieres que te lo prometa?.

El enlaza su dedo con el mío, y se inclina de una vez para unir sus labios otra vez con los míos. Me coloco en puntillas para sentirme más a su altura y nos volvemos a alejar despacio a los segundos.

-Sabía que...me estabas siguiendo -dice.

Pestañee seguidamente. -¿Ah si?.

-Pensaba que ibas intentar despedirte -respondió añadiendo un suspiro al final-. Me dá alivio que no haya sido eso.

-Debería intentar comprender que es lo que siento por tí -musité mientras nos mirábamos a los ojos-. No debería ser normal sentirme atraída de esta forma.

Él llevó su mano a mi mejilla y acarició esta.
-Me estás diciendo eso a mi -acaricia con su pulgar mi mejilla-. Me está costando mucho no cometer una locura -responde y siento mis mejillas sonrrojarse.

-Ya -musité llena de nervios. Raspé mi garganta-. Tengo que...regresar.

-¿A dónde?.

-No me voy a ir -repetí nuevamente al ver su mirada sobre mi-. Dejé el auto solo...y a Yangyang.