Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

25

Me detengo cuando dice eso y me giro para verlo. Me estaba mirando fijamente y no me explicaba porque razón parecía como si iba a tener un infarto en este momento por los rápidos latidos que estaba ejerciendo mi corazón.

—¿Siempre eres así? —pregunto—. ¿Tan directo?.

—Solo te digo lo que siento, Yoonhee —respondió mirándome fijamente.

Un trueno volvió a sonar y con esto, comenzó a llover con fuerza.
—Mierda —Jungkook tomó mi mano y me jaló haciendome correr.

Llegamos a mi casa algo sofocados y cansados y empapados completamente. Abro la puerta y los dos nos adentramos a mi casa.
—Espera aquí buscaré una toalla —subo rápidamente a mi cuarto y haciendo el menos ruido posible ya que mi abuela y mamá debían estar durmiendo.

Abro mi closet y saco una toalla para Jungkook. Bajo nuevamente encontrando a este sacudiendose las pequeñas gotas de su cazadora.
—Ve secandote. Buscaré ropa seca para ti —digo cuando le entrego la toalla.

Subo nuevamente y me dirijo a la habitación de mi madre. Tomo el bolso donde tenía la ropa de mi padre lavada y bien limpia ya que iba a donarla a un centro. Aún así tomo un suéter negro y un pantalón. A lo mejor el suéter le quedaba bien pero el jeans le debía quedar un poco holgado. Aún así lo tomo y bajo las escaleras.

—Aquí- —me quedo en una especie de shock cuando encuentro a Jungkook sin camisa en mi sala.

Se había quitado la cazadora y también el pulover. Quería abrir un hueco en la tierra y enterrarme ya que a pesar de que no quería, y a lo mejor no debía, no podía dejar de mirar el formado pecho de Jungkook.
—Toma. Cambiate —le tiro la ropa y el la atrapa—. Prepararé chocolate –digo como si de un robot se tratase y huyo de inmediato a la cocina.

Suelto todo el aire contenido y mi cabeza comienza a procesar mentalmente una vez más el pecho de Jungkook, sus abdominales marcados, los tatuajes de su brazo. Los pequeños lunares en su piel.
Cierro mis ojos y agito mi cabeza tratando de expulsar todo.
Comienzo a preparar el chocolate y una vez que este está listo vierto un poco en dos tazas. Tomo estas y me dirijo a la sala nuevamente.

—Toma —le tiendo la taza a Jungkook.

—¿No vas a cambiarte de ropa? —me pregunta él—. Serás tu la que cogerás un resfriado.

—Ya lo hago horita —respondo—. Pondré tu ropa a secar-

—No. Tu dime donde la pongo y yo lo hago. Tú vete a cambiarte —contesta.

Nos quedamos mirándonos y suspiro. Le indico a Jungkook el baño para que fuese a secar su ropa y yo mientras me dirijo a mi cuarto para cambiarme y secarme también.
Muevo la toalla encima de mi pelo secando este un poco. Tomo mi chocolate y una vez termino la llevo a la cocina encontrando a Jungkook allí al parecer fregando su taza.

—¿Ya pusiste a secar tu ropa? —le pregunto una vez llego a él.

—Mhm —asiente—. Pero creo que debo irme.

—No puedes irte. Sigue lloviendo. Y más que antes —respondo—. Dormirás aquí.

—No puedo —contesta—. Tengo cosas que hacer.

—¿Que se supone que debas hacer en una noche así? —contraataco alzando una ceja mientras lo miraba—. No me hagas repetirlo. Vamos. Te daré algunas sábanas.

Comienzo a caminar y me dirijo a mi habitación.
Cuando sacaba de mi closet algunas sábanas y frazadas, Jungkook entra a mi cuarto dirigiendose a la ventana observando el clima de afuera.

—Parece que durará toda la noche —comento viendo como él se quedaba viendo por la ventana.

—Mhm —asiente sin girarse—. Eso parece.