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                       Yoonhee;

—Dios...estás muy roja —murmura Jungkook divertido mientras acunaba mi rostro y apachurraba este y mis labios parecían lo de un pez. Lo movía hacia los lados como si fuese lo más adorable que estuviese viendo.

Le dí un manotazo en el brazo. —¡Es culpa tuya!. Empezaste a decir todas esas cosas delante de todas esas personas. Dios...estaba muy avergonzada.

Rió divertido. —Estaba diciendo la verdad –respondió–. Pero no pensé que te ibas a sonrrojar de esa forma.

—¡Pues para que veas que sí! —protesté.

—Bueno —sonrió dejando algunos mechones de mi pelo detrás de una de mis orejas—, ya está todo dicho y está todo bien.

—¿Realmente es así? —lo miré y el asintió. Se inclinó hacia mi besando mi frente.

—Lo único que falta es que nos casemos.

—Pues sí —sonreí.

Jungkook tomó mi mano sonriendo, entrelazó nuestros dedos. Pero al hacerlo, frunció su ceño. Yo también desvié mi mirada encontrando mi anillo de casada aún en mi mano

—¿No te lo has quitado? —pregunta Jungkook con la mirada fija en la alianza.

—Uh —musité—. Ni me había acordado del anillo. Aunque pensaba-

Me quedo con los labios entre abiertos y las palabras a medias cuando Jungkook lo saca de mi dedo y lo lanza hacia sabrá Dios donde ya que nos encontrabamos en una de las zonas altas del bosque y literal todo a nuestro alrededor eran zonas boscosas.
El anillo desapareció en cuestiones de segundos una vez que lo lanzó. Me quedé en una especie de shock, pero para él resultó lo más normal y simple del mundo.

—Listo —dice y luego me mira neutro.

Pestañeo seguidamente. —Cómo decía- –intento retomar mis palabras pero el se acerca a mi uniendo sus labios con los míos mientras apoyaba suavemente su mano sobre mi mejilla interrumpiendome.

Me besó despacio mezclando sus labios con los míos. Y todas las veces en las que me besaba, lograba causar esas mismas emociones, esos sentimientos. Esa calidez. Todo seguía justo ahí. Y me gustaba demasiado sentirme de esta forma con Jungkook. Con él de causante por estos sentimientos. Por este amor. Estar enamorada de Jungkook, y estar en el paraíso, era básicamente lo mismo.

—¿Ya te dije que quería estar contigo para siempre? —se aleja y apoya su frente con la mía. Lo miré a los ojos.

—Sí —dije sonriendo y viendolo fijamente. A sus bonitos ojos que parecían tener una galaxia en ellos.

—Perfecto. Porque en serio quiero eso —besa nuevamente mis labios y sonrio en medio del beso.

Coloco cada una de mis manos en sus mejillas teniendo su rostro entre mis manos mientras nos besábamos.

—Quiero tener dos hijos —dice al alejarse. Fruncí mi ceño divertida—. Una niña y un niño.

—¿Y si salen dos niñas?. ¿O dos niños? —lo miro sonriendo.

—Igual los quiero —responde naturalmente y vuelvo a sonreír—. Pero...–se aleja despacio y me le quedo viendo sin entender porque de momento había cambiado su semblante.

—¿Que pasa? —lo miro preocupada ante su cambio de expresión.

—Solo...—traga y arrasca su nuca mirando hacia el frente evitando mirarme— ¿de verdad tendrías hijos conmigo?.

—Claro que tendría hijos contigo —contesté sinceramente. El aún asi no me miró.

Me acerqué más a él y tomé su mentón haciendo que me mirara.

Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora