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Dejé a Yangyang corretear por toda la sala mientras yo me dirigía por mi teléfono que lo había dejado encima de la cama.

Se me había olvidado por completo llamar a Youngjae. Busqué su número entre los contactos y esperé pacientemente mientras este daba timbre.

—Cariño —dice al atender.

—Disculpa que te haya llamado tan tarde. Se me había olvidado por completo —dije mientras me sentaba en la cama.

—Lo entiendo. No te preocupes —sonrió—. Llegaste temprano entonces...

—Sí. No sabes lo feliz que se puso la abuela al verme.

—Me imagino. Hacía mucho tiempo desde la última vez ¿cierto? —asentí ante su pregunta—. ¿Y el pueblo?. ¿Está igual o a cambiado?.

—Si tiene cambios estos sinceramente ni se notan. Porque practicamente esta igual —respondí.

Youngjae y yo estuvimos hablando durante unos minutos más hasta que tuvimos que cortar la llamada porque el tenía que ir a una firma de acuerdos de negocios con otra empresa.
Cosas del trabajo.

Mi madre me llamó para que bajase a almorzar y entré dirigiendome a mi abuela para abrazarla por detrás y dejar un beso en su mejilla.
Me sonrió.

—¿Como está tu esposo? —me pregunta cuando me siento a su lado.

—Bien —respondí sonriendo—. El hubiese querido venir pero es un hombre muy ocupado –aclaré.

Mi mamá terminó de servir el almuerzo y luego tomó asiento junto a nosotras.

—Después del almuerzo vayamos a la cafetería. Quiero enseñartela –me dice mi abuela.

—Mamá hoy no. Mañana –le dice mi madre.

—¿Ahora me vas a tratar como una niña? —le reclama mi abuela y suelto una risita.

—A ver, es que entiendo que heches de menos la cafetería, pero debes de saber que está bien. Y ya yo fui hoy.

—Pero yo quiero enseñarsela a Yoonhee.

—Está bien abuela. Mañana por la mañana iremos. Recuerda que yo demoraré en irme —le sonreí—. Hoy estemos juntas y pongamonos al día ¿va?.

—Bueno —al final terminó asintiendo y sonreí.

Resulta que mi abuela era dueña de una cafetería. La cual la dirige desde que tengo uso de memoria. Es muy importante para ella ya que la fundó con el abuelo. Y tenía razón. Hace rato que no la visitaba. Y eso le hacía mucha ilusión. Pero bueno. Ya mañana iría con ella.

—Mamá, estaba pensando —llamo la atención de mi madre mientras ella me ayudaba a organizar mi ropa—, yo puedo ayudar en la cafetería de la abuela.

Ella me observa en seguida.

—Es decir —continúo—. Tu tienes que ir a trabajar a la ciudad. Y los únidos dias de descanso que tienes lo pasas en la cafetería asegurandote de que todo esté bien. Y yo no quiero estar sin hacer nada. Así que por mi no hay problema.

—¿Segura?.

—Claro que sí —asentí—. Tambien creo que será divertido.

—Bueno. Mañana cuando vayas con mamá a la cafetería lo hablas con ella y ya está. Seguro le va a gustar la idea —se encogió de hombros y asentí para continuar organizando la ropa mientras hablábamos de cualquier otro asunto.

El resto de la tarde transcurrió tranquila. Yo no salí de casa. Solo la pasé junto a mamá, la abuela y un travieso Yangyang que no dejaba de morder la alfombra de la entrada con insistencia y que nos sacaba risas a cada rato; era adorable.
Luego ayudé a mamá con la cena y volvimos a comer las tres juntas mientras disfrutabamos después de un postre mientras mirábamos la televisión.
Ya mas de noche mi abuela y mi madre fueron a dormir y yo me encargué de lavar los trastes y organizar todo. Cerré la puerta, y ventanas y con Yangyang siguiendome el paso me adentré a la habitación. Tomando mi ropa de dormir para ducharme y luego irme a la cama porque siendo sincera las cuatro horas de viaje venían a notarse.


Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora