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                   Jungkook;

—Estás en un territorio que no te conviene —murmuré serio mientras los dos nos mirábamos fijamente.

Sonrió de lado. —¿Quién dice? –contesta–. ¿Piensas que sería tan imbécil como para venir a este bosque solo?.

—Me dá igual si lo eres o no. Solo desáparecete —gruño.

—No voy a dejar que Yoonhee se quede con un monstruo como tú —dice serio y podía sentir la ira que radiaba de el.

—¿Y tú no lo eres? —reí de lado ante su cínismo—. Eres del clan Choi ¿no es cierto?. El clan en el que se ha derramado sangre desde los tiempos mas antiguos.

—Vaya —sonríe—. Es más fácil si sabes de donde provengo –cambia la voz poniendose serio–. Así que sabrás que no andaré con rodeos y me voy a quedar con Yoonhee. Ella es mía.

—No lo es. Nunca lo ha sido y tampoco lo será —gruñí.

—Ya veremos —dijo antes de convertirse en lobo y desaparecer entre los árboles.

                  
                        Yoonhee;

—¿Es en serio? —pregunté asombrada a través de la llamada.

—Sí. Ayer en la tarde mandó su papel firmado —respondió mi abogada.

Me había llamado para informarme de que Youngjae había firmado los papeles del divorcio y los había enviado por correo en la tarde anterior.

—Mañana iré a Seúl —digo—. A firmar los míos y...terminar con esto.

—No te preocupes, Yoonhee —me dice ella—. Tengo que ir a Busan a ver una amiga que está en el hospital. Iré pasado mañana. Si me dices donde estas puedo pasar y lo firmas.

—Oh. ¿En serio? —sonrío—. Eso sería bueno entonces.

—Mandame la dirección y yo misma voy.

—Lo haré. Muchas gracias —dije antes de colgar.

Suspiré feliz. Pero por un momento me resultaba extraño que Youngjae por fin hayase firmado el papel del divorcio cuando había repetido tantas veces que no lo haría. A lo mejor cambió de opinión.
Como sea. Lo importante es que solo debía firmar yo y ya podria estar completamente con Jungkook. Que era justo lo que quería.

;;;

—Quisiera saber donde te metes que últimamente andas sucio —digo mientras bañaba a Yangyang.

El se encontraba tranquilito y muy conforme recibiendo su baño. Vertí un poco de agua en él, y luego tomé una toalla. Mientras cogía esta él se movió soltando gotas de agua que cayeron en todos lados en el baño. Estiré la toalla y la puse a su arededor, para cargarlo y llevarlo a la habitación poniendolo en la cama mientras lo secaba con la toalla.

—¿Mañana debería llevarte a dar un paseo? —lo miro—. Debes de sentirte algo aburrido. En Seúl siempre te estaba llevando al río Han pero aquí es diferente –muevo la toalla suavemente sobre su cabecita–. Mañana daremos una vuelta por el bosque, ¿va?.

El ladró y sonreí para terminar de secarlo.

Mi abuela y mi mamá ya se habían ido a dormir, y yo todavía andaba, como quién dice, desandando por la casa. Abrí la puerta del frigorífico y saqué de este un pote de helado sentandome en el sofá mientras prendía la tele poniendo la serie Twenty Five Twenty One.
Abrí la tapa del pote y comencé a comer del helado, el cuál, era de chocolate.

Alma Gemela |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora