La noticia se esparció por el reino como pólvora ardiendo hasta causar una gran explosión. Los susurros se deslizaban por el aire, las palabras abandonaban una boca para ir hacia otra y aunque nadie fuera tan valiente para gritarlo, el rumor se hacía eco por cada rincón.
— El rey ha muerto.
— ¿Quién fue el responsable?
— Su hijo.
— El príncipe XingChen habría conspirado con el reino del Norte y por la noche habría huido con el príncipe enemigo. Se convirtió en un traidor.
— ¿Quién tomará la corona?
— El consejero del rey se hará cargo de sus funciones, mientras el Consejo designa un heredero.
El responsable de los rumores, había tenido éxito en su cometido, pero aun así se sentía intranquilo. Jin Guangyao entró a su recién designado despacho, que antes pertenecía al rey. Dentro lo esperaban sus pupilos, se dirigió al trono y se sentó frente a ellos, su posición relajada desbordaba elegancia, como si ese lugar estuviera hecho para él. Había cambiado sus ropas simples de monje, por una túnica dorada con bordados de rojo y un sombrero a juego que simulaba una corona.
¿Los encontraron?— interrogó a sus secuaces, el gran ventanal estaba cubierto con una cortina roja y el reflejo de los rayos solares inundó la habitación de un rojo sangriento muy propio de él.
Uno de los hombres postrados levantó la cabeza y respondió —Los dos príncipes escaparon juntos por la frontera oeste, perdimos su rastro en el desierto, pero si continúan por esa dirección llegaran a la montaña, no sabemos su próximo movimiento.
Jin Guangyao asintió pensativo, entonces un destello de maldad cruzó por su mirada clara. Su She llamó a su adepto más fiel y de total confianza.
Mi señor— el hombre se adelantó con una respetuosa reverencia.
— Necesito que vayas a espiarlos y hagas algo allí por mí.
— Mi señor, ¿acaso usted sabe a dónde se dirigen?
Jin Guanyao en respuesta solo sonrió ampliamente, las llamas del infierno se encendieron dentro de su pupila, todo lo que mantenía bajo su mirada era reducido a cenizas.
...
¿El campamento Jin?— cuestionó Xiao XingChen con sorpresa.
El momento de amor se extendió hasta que cayó el sol, pero no hubo más que caricias y besos, debido a que Xue Yang aún no se recuperaba por completo y XingChen no quería exigirle nada más riesgoso. Xue Yang sacó ventaja de la situación y durmió en los brazos de su amado toda la noche. A la mañana siguiente, la revelación del destino fue desconcertante.
Hace muchos años mi padre hizo una alianza con el Reino Jin, los soldados que sobrevivieron en la guerra escaparon hacia allá y montaron un campamento, lentamente los pobladores que se perdieron los encontraron y se instalaron en los alrededores del Reino. Mi tío no encontró mi cadáver, por lo supo que conseguí escapar, nos comunicamos con palomas mensajeras durante el verano, ya le informé de nuestra posición llegaremos en tres días, están esperándome— explicó Xue Yang.
Hablas del General Xue, mi padre no toleraba al tuyo, pero siempre se refirió con respeto al General. Debe ser un hombre extraordinario— argumentó el príncipe.
Lo es— Xue Yang sonrió con calidez. El cambio en su voz fue leve, pero XingChen pudo sentir la felicidad.
Bajando la montaña se montaron en los caballos y retomaron su camino. Xiao XingChen dejó atrás su tierra, su reino, su gente, sus amigos y su verdad. Nadie entendía realmente la razón, pero ¿quién podría entender los deseos de un corazón sediento de libertad? El destino era emocionante e impredecible. Cuando cayó el sol a la tierra, decidieron detenerse fuera del camino para acampar bajo la luna.
ESTÁS LEYENDO
|Enamorado del enemigo| - Xue Yang y Xiao XingChen
FanfictionEl joven príncipe Xiao XingChen encontró a un joven herido fuera de su ventana. Lo que no esperaba era también encontrar el amor. "Todos a quienes amo lo odian. ¿Qué debería hacer?" Xue Yang x Xiao XingChen