Capítulo 11. ¿Un fantasma o un sueño?

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Y así fue como terminamos guindando del techo— finalizo de contar su largo relato a un impactado joven pálido.

¡Wow! Se enfrentaron al fantasma— sus ojos entusiasmados por el relato expresaban fascinación.

Fue sencillo, pero no es un fantasma, es una persona— afirmo sin pausas después de luchar con él me quedo más claro— dijo orgulloso.

Yo nunca podría hacerlo, el joven Wei es increíble— confeso admirado.

Lo dudas— siendo engreído.

Caminaron por los pasillos durmientes hasta las residencias, la noche había sido agotadora, con parpados pesados marcharían directamente a dormir. Pero su trayecto fue interrumpido por el sonido familiar del viento siendo cortado velozmente. Detuvieron su andar para escuchar mejor.

Se dirige a la residencia real— eso basto para ponerlos alerta nuevamente.

Siguieron su rastro de cerca, esta vez no serían notados. Contemplaron atentos, como la sombra, sin rostro, se infiltraba en uno de los dormitorios. Sin embargo, no podían creer lo que veían.

Esa es la habitación del príncipe— expuso Nie a los otros entre susurros ¿El príncipe es la sombra misteriosa?— dedujo vacilante.

No lo creo, conozco el estilo de espada de su Alteza, definitivamente se trataba de otra persona— descarto firme Jiang Cheng.

¿Deberíamos ir a revisar?— dijo un titubeante Nie, no era una opción, debían ir. Pero entrar a la alcoba del príncipe, sin invitación, en la noche; no sería perdonado con una sonrisa.

Después de una corta pero reñida lucha por decidir quién sería el afortunado en entrar, Wei Ying fue elegido.

¡Estaremos rezando por ti!— dijo Nie mientras se escondía con Jiang Cheng detrás de un arbusto.

Wei Ying se incorporó vacilante en la habitación. La luz de la luna no era suficiente para distinguir lo que había dentro, siendo un lugar desconocido, en efecto, choco torpemente con un banco. El ruido atrajo la atención del príncipe que debería estar dormido.

La luz de una linterna de aceite puso en evidencia al joven soldado ¿Wei Ying?

La mente de Wei Ying se posó en blanco color, detuvo sus pensamientos y guardo silencio, una pausa insignificante, pero que presagia la explosión de palabras que correrán fuera, mientras su mente esta apagada Alteza, no es lo que usted cree. Yo estaba caminando por aquí, no, quiero decir estaba patrullando la zona, si y luego... luego una sombra, era muy veloz, la sombra entro aquí, así que vine a revisar, bueno veo que no hay nadie y usted está a salvo, entonces me retiro. Que tenga buenas noches. Lamento mucho la interrupción.

Espe...— no pudo terminar, pues Wei Ying emprendió su huida.

¿Viste algo?— pregunto Jiang Cheng.

¿Es el príncipe?— mencionó Nie tratando de disipar sus dudas.

¿Qué sucedió?— sus amigos preguntaban curiosos, al joven que salió petrificado de la habitación, como si hubiera visto un espanto.

No logre confirmarlo— dijo arrepentido de no haber mirado por más tiempo.

Entonces, ¿Por qué estas tan pálido?— cuestiono Nie.

Bueno, es que el príncipe estaba en pijamas— confeso tímido.

Te admiras de aquello, estaba durmiendo y lo despertaste, por supuesto que iba a estar en pijamas o que esperabas, que te recibiera con un traje de moda— se quejó Jiang Cheng.

Lo que Wei Ying no menciono, era que la ropa de dormir, que el príncipe usaba, era más ligera en verano, por lo que marcaba mejor su silueta. El impacto visual lo intimido, era un pícaro y un desvergonzado, pero ante todo virgen. Se sentía avergonzado por su actitud, aunque nunca borraría esa imagen de su corazón.

Mientras tanto en su habitación, Xiao XingChen repasaba la información dada por un nervioso Wei Ying. Creía haber visto antes esa sombra. ¿Un fantasma o un sueño? era tiempo de averiguarlo.

Se que estás ahí, puedes salir, por favor— dijo en dirección a la cortina llana que cubría la ventana, a la par que cepillaba su larga cabellera de frente a su tocador.

El espejo revelo el reflejo de una figura alta y esbelta empañada en oscuridad.

En momentos como este, es cuando Xiao XingChen se preguntaba si su entrenamiento realmente servía de algo. ¿Qué debería hacer? Ser diplomático, sonreír y ofrecerle té o enfrentarlo con violencia. Llamar a los guardias causaría un gran escándalo, cuyo resultado sería el escape de la sombra. Ninguna opción parecía favorable, ni la correcta.

No le ofreció té, pero si una sonrisa amable No es la primera vez que vienes aquí.

Su silencio era prudente, pero, XingChen estaba seguro de ser escuchado. Dejó el cepillo descansar sobre la fina madera, para buscar dentro de un cajón aledaño un trozo de papel arrugado ¿Por qué me diste esta nota?— volteo de pie, llevando la nota a la altura de su rostro, para exponerla ante la sombra con aspecto humano.

La figura se adelantó con pasos pesados, lentos y titubeantes. XingChen respiró profundamente llevando el aire a sus pulmones, temía perder el aliento. La nota fue empuñada con fuerza por su mano inquieta.

XingChen contaba los pasos del extraño internamente "10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2..." su mirada estaba fija en la sombra a un paso de él.

La figura extendió su mano empañada en lobreguez con intención de tomar la nota que tambaleaba en la mano del príncipe. Sin embargo, no tomo el papel, sino que atrapo la muñeca de XingChen, como una trampa de osos; por impulso el príncipe abrió su puño dejando caer lo que sostenía al suelo, pero a nadie le importo.

XingChen estaba más preocupado por mantener su pulso estable. A la expectativa de lo que el contrario hiciera. Para su sorpresa la figura aflojo su agarre hasta volverlo imperceptible, con cuidado extendió su propia palma sobre la de XingChen, quería que notara algo.

Eran cinco dedos iguales a los suyos, era la mano de una persona, la idea del fantasma buscando venganza desapareció de su mente. Sin darse cuenta dejó que su cuerpo abandonara su rigidez y su mente se relaje. Con la misma delicadeza la sombra coloco sobre su palma otro trozo de papel igual al anterior y luego lo empuño.

XingChen era consciente de cada movimiento, su corazón se conmovió ¿Quién eres?

La figura no tenía un rostro visible, pero XingChen podía jurar que pareció pasmarse. En cuestión de segundos la sombra había escapado, reduciendo la habitación al silencio y la oscuridad de la noche, tal como cuando entró. Produciendo un sentimiento de añoranza al joven príncipe en medio de la incredulidad. 

|Enamorado del enemigo| - Xue Yang y Xiao XingChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora