Capítulo 23. Un templo abandonado

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Los cadáveres voltearon en dirección al chirrido, detenidos por un instante, hipnotizados por la nota aguda que atravesó sus oídos hasta bloquear su muerta consciencia. El pelotón de cuerpos podridos olvidó a los soldados para después precipitarse a toda velocidad sobre la figura oscura que se abría paso entre los árboles quebrados. El responsable de los silbidos misteriosos se unió al enfrentamiento.

La silueta esbelta de la sombra, ya conocida por todos, emanaba oscuridad aún en la propia oscuridad de la noche. Los jóvenes soldados veían atónitos cómo la sombra con un solo corte partía en dos a los cadáveres y cómo con el filo de su espada arrancaba de su lugar un corazón, que sorprendentemente seguía latiendo, imposibilitándolos definitivamente. Sin embargo, la superioridad de técnica no era suficiente, un gran ejército de muertos contra un solo hombre era un escenario demasiado desafortunado.

¿Deberíamos ir a ayudarlo?— interrogó Wei Wuxian sin saber que bando apoyar.

No sabemos cuáles son sus intenciones— contrarió Jiang Cheng.

Wei Ying, vamos— dispuso Xiao XingCheng.

Wei Wuxian junto a su Alteza se adelantaron con sus espadas hacia el campo de batalla, seguidos de Lan Wangji con Bì Chén, ignorando a Jiang Cheng y sus quejas. Copiando el ejemplo de la sombra, los cadáveres eran aniquilados sin piedad. El jade lanzaba cortes claros, Wei Wuxian se divertía mareando a los cadáveres, Jiang Cheng descargaba su ira en cada golpe y su Alteza luchaba sin perder de vista al forajido, aunque con la escaza luz del fuego solo podía ver fugaces movimientos.

Poco a poco los cadáveres fueron cayendo en medio de la batalla sangrienta, al final la zona de guerra era un mar negro de partes inhumanas, órganos y sangre espesa regada como petróleo. Los soldados se sostuvieron con ayuda de sus espadas, dejando escapar jadeos cansados y entrecortados. Los únicos que se encontraban de pie a pesar de la aplastante lucha, eran Lan Wangji y Xue Yang; el jade tan pulcro, como en el comienzo, y la sombra, imponente sobre una torre de cuerpos apilados. Irónicamente ambos, se habían desecho de la mayoría de cadáveres por sí mismos.

¿Por qué su vestimenta esta impecable?— inquirió Wei Wuxian con polvo hasta en la nariz, aunque fue una pregunta retórica, su Alteza respondió.

Porque se trata de HanGuang-Jun— se incorporó con energía, y se dirigió a la sombra que aguardaba a unos metros, buscando su atención —Agradezco su ayuda, eran demasiados para nosotros solos.

La sombra admiró a su Alteza sin palabras. Inesperadamente, su cuerpo cayó estrepitosamente sobre la torre como un muerto más. En estos últimos días había asesinado a todos los cadáveres que se atravesaron por el camino, limpiando los alrededores para que Xiao XingChen no tuviera que verse envuelto en esta situación. Irremediablemente, su cuerpo era humano, sentía dolor y se desangraba, había llegado al límite de su resistencia.

Xiao XingChen se precipitó hacia él, pero Wei Wuxian lo detuvo —Alteza, no se acerque, llegó tan repentinamente, es muy sospechoso. ¡Podría ser una trampa!

Wei Ying, se esta desangrando, ¿crees que podría hacerme daño en esas condiciones?— cuestionó, con indulgente preocupación. Wei Wuxian, estaba tan impresionado que lo soltó.

"¿Por qué a su Alteza le preocupa tanto la sombra?"

XingChen escaló la torre hasta el cuerpo inconsciente de Xue Yang en la cima. Pero antes de que pudiera sostenerlo, la sombra se incorporó por si sola, se levantó con dificultad y guardó su espada con recelo, preocupado de que su Alteza haya notado el nombre tallado en su hoja afilada.

"¿Por qué esconde su espada? ¿Es porque si la veo sabre quién es?" se preguntó XingChen.

¡Estás herido!, ¿podemos ayudarte?— ofreció. Pero la sombra lo ignoró, su salida fue tan rápida e inesperada como su entrada —¡Espera!— XingChen tuvo un déjà vu.

|Enamorado del enemigo| - Xue Yang y Xiao XingChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora