Omegacember

Púas en la lengua (Alfa!Bruce y su cachorro)

—¿Bruce?

El hombre seguía revisando papeles en su despacho, sin embargo, ante el sonido de su nombre levantó la vista. Allí estaba Dick, sus pequeñas orejitas agachadas y su cola moviéndose de un lado a otro en una acción desesperada.

—¿Sucede algo? —El alfa se recostó en su silla y suspiró. No era la primera vez que Dick se presentaba en su despacho, así que ya estaba seguro de qué era lo que pasaba —Ven.

Cuando hizo una señal con su brazo, el pequeño omega avanzó a su lado. Como un movimiento familiar, se dejó levantar en brazos y se sentó tranquilamente en el regazo de Bruce, dejando que su cuerpo se recostara contra el fuerte pecho del alfa. Suspiró. El aroma de Bruce se había convertido en algo familiar y ahora era lo único que lo tranquilizaba.

—¿Quieres hablar de ello? —Sintió a Dick negar con la cabeza. Lo entendía. Nunca fue fácil hablar sobre pesadillas y miedos que poco a poco iban surgiendo con fuerza cuando menos lo esperabas. —Vale.

Sus brazos rodearon al pequeño cachorro y lo abrazó. Su mejilla se frotó contra las orejas del cachorro y, cuando menos lo esperó, estaba lamiendo el pelo del niño. Las púas de su lengua, lejos de causar algún daño, se sintieron reconfortantes, en una especie de caricia familiar. Su aroma se pegó levemente al cachorro, susurrando con suavidad protección-familia-cariño, con el que, poco a poco, pareció sentirse mucho mejor.

No estaba seguro de cómo iba a convertirse en una figura paterna para ese cachorro, pero de algo estaba seguro: Estaba dispuesto a darlo todo para que saliera bien.