Anidados (HotchReid)

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—¡No te muevas!

Spencer se movió por aquí y por allá. Aaron se sintió un poco rígido sobre el colchón de plumas mientras miraba al omega pasearse alrededor del mismo poniendo almohadas, sábanas extras y prendiendo algo de incienso con su aroma favorito. Ni siquiera se atrevió a moverse cuando el chico se subió al colchón, revoloteando intentando meterse debajo de todas las mantas.

Siguió sin moverse. No quería hacerlo y arruinar nada de lo que el omega había trabajado tanto en acomodar. No fue hasta que sintió el brazo de Spencer moverse a través de su pecho, atrayéndolo en una especie de abrazo, que subió una pierna sobre el cuerpo del alfa y que recostó su cabeza sobre su pecho que permitió a su cuerpo soltar el aire que contenía y relajarse.

—¿No te hizo falta nada más? —Preguntó en broma.

Spencer le dio un manotazo en respuesta.

—Vas a hacer que piense que olvidé algo y no podré estar tranquilo.

Sabía que su mente compulsiva iba más allá de su raciocinio, por eso intentaba no olvidar nada, por eso todo estaba perfectamente puesto como a su inconsciente le gustaba y le decía que estaba bien.

—Oh, no. Ya no te vas a mover de aquí —La mano de Aaron se movió alrededor de su cintura, apretándolo contra sí —No me vas a hacer esperar más.

—Entonces, deja de meterme ideas en la cabeza de que algo me falta.

—Ya, todo está perfecto. Así está perfecto.

—¿Estás seguro?—Spencer se movió y pudo vislumbrar sus ojos de preocupación.

—Está perfecto Tan solo contigo todo es perfecto. —El omega hizo un puchero.

Después de eso, tan solo escuchó el leve sonido del ronroneo de su omega.

Nada nunca había sido tan perfecto.

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