Omegacember

Prendas con aroma (Geraskier)

Creyó que había pasado algunas cosas duras en su vida, pero nada se había comparado como la pelea en la montaña que terminó por hacerle perder todo lo que tenía: Su familia. Porque sí, la extraña relación que se había formado, fuera cuales fueran sus interacciones, habían terminado por hacerle sentir a su omega que por fin era parte de algo, pero no, nunca sería parte nada. Solo era un rimador molesto vagabundo sin hogar.

Entonces, no se habría imaginado que separarse de Geralt de Rivia, que ya se había convertido en su manada por razones de antigüedad, hubiera sido tan duro. La primera noche solo sintió la ira quemar cada célula de su cuerpo, pero, poco a poco, el sentimiento se fue convirtiendo en una especie de nostalgia que acabó por sumirlo en una tristeza desconocida para él.

Fue entonces como se vio abrazando un trozo de pañuelo que estaba impregnado con el aroma del alfa. Ah, no es que se la haya robado o algo así. En teoría, era suyo. Geralt lo había necesitado para algo, en algún momento, y olvidó devolvérsela limpia, por supuesto. Así era él.

—Te odio.

No lo hacía. Solo era una manera de intentar mantener su orgullo mientras se llevaba la prenda a la cara y aspiraba el aroma del hombre en ella.

—Te odio mucho.

Intentar mentirse a sí mismo no valía la pena.

Con el paso de los días, el leve aroma de Geralt comenzó a desaparecer, pero antes de perder finalmente todo lo que le quedaba del alfa, inmortalizó sus sentimientos en una canción, porque, a fin de cuentas, era ese su trabajo, ¿no?