Nos Olvidaste

La batalla final

+ Hoooola, ¿me escuchas? Islas hirvientes a Kikimora, ¿estas allí? – Edric movía con despreocupación el cabello de la enana frente a él, llevaba un rato queriendo despertarla pero no parecía dar respuesta.

+... Suelta mi cabello.

+ Ya era hora – Emira se levantó del suelo al escucharla y se recostó de la espalda de Edric ya que aún no tenía fuerzas. Kikimora por su parte empezó a ver sus alrededores en lo que ellos se acomodaban.

Estaba afuera, todos sus Abomatrons habían sido destruidos, era incapaz de mover su cuerpo con libertad, estaba atada de hecho. Pensó que eran cuerdas de abominación lo que la limitaba pero resultaron ser cuerdas normales.

Al ver al suelo a su lado vio a Amity tirada boca arriba, parecía inconsciente, aunque poco después descartó esa idea cuándo la vio parpadear pero aún se notaba que estaba al borde del desmayo.

+ Entonces eso también fue una ilusión... – ella sonó un poco decepcionada, había pensado que la niña estaba controlando el ejército y luchando simultáneamente. Por lo visto controlar el ejército ya era sobrepasar sus límites.

Aun así estaba impresionada con el hecho de que haya controlado a 80 de esas cosas, por si misma a duras penas era capaz de mantener activos a 15 Abomatrons a la vez, esa niña es terrorífica a su propia forma.

"Debí desobedecer la orden de no lastimarlos, maldita sea."

+ Habla, ¿Dónde están nuestros padres? – Edric uso un tono serio, a diferencia de lo que se pensaría si sonaba imponente de esa forma. Aunque eso no intimidó en lo absoluto a Kikimora.

+...

+ Te recomiendo que cooperes con nosotros, no estamos de buen humor, además... siento que mi decencia aún no se ha despertado del todo – Emira utilizó un cuchillo de su cocina para cortarle un poco el rostro.

Ante eso Kikimora la miró con indiferencia, soltando una pequeña risa a los pocos segundos, risa la cual hizo retroceder un poco a los gemelos en pánico.

+ No no, sigan con su actuación no se preocupen por mí, está siendo entretenido. – la declaración de Kikimora irrito demasiado a los gemelos, tanto que Emira apunto el cuchillo directo a su garganta, clavándolo ligeramente, quizá causándole un pequeño pinchazo de dolor.

+ ¿Te sigue pareciendo gracioso?

+ Si... bastante sí – Ella no se veía nada intimidada, por el contrario seguía viéndose muy relajada – adelante hazlo, demuéstrame que no eres solo una habladora.

La rabia estaba poniendo colorada a Emira, sin dudarlo empezó a empujar poco a poco el cuchillo, esperando que su víctima le dijera que se detuviera. Pero jamás lo hizo, a pesar de que estaba sangrando un poco ella se mantuvo impasible, para colmo aún mantenía una sonrisa.

Por unos instantes Emira se planteó seguir adelante con esto, tal vez matarla sería lo correcto pero Edric la detuvo. Sujetó su antebrazo con delicadeza y la miró con un poco de miedo, el mismo miedo que ella estaba sintiendo en este momento, con eso ella soltó el cuchillo y se echó para atrás derrotada.

+... Auch – Kikimora quiso sobarse el cuello pero dada su situación eso no fue posible – oye no te sientas mal, tuve que vivir rodeada de monstruos asesinos durante un largo tiempo, gracias a eso creo que perdí la capacidad de ser intimidada, al menos con ese tipo de amenazas, aunque déjame decirte que no estuvo mal, es mejor de lo que Hunter alguna vez pudo hacer en vida, ¡ja!, ese idiota, cada vez que me acuerdo que murió me alegro mucho. ¿Les cuento cómo fue?, amo esa historia.

+ Maldita...

Los gemelos la miraron con odio, ella solo les sonrió con amabilidad logrando enfurecerlos más. Kikimora tenía pensando jugar un poco más con ellos, era lo único que podía hacer a fin de cuentas, tenía que ganar tiempo de alguna forma pero un repentino golpe la hizo recapacitar un poco.