1 | Consejero del amor

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—Cissy, no tengo idea de donde está Lucius, de verdad.

—¿Estás segura? Me dijo que lo viera aquí, que tenía que decirme algo y era urgente —. La menor de los Black negó suavemente agitando la cabeza con una sonrisita apenada, la rubia hizo una pequeña mueca entre confusión y molestia y luego se fue agradeciendo su ayuda, mientras caminaba con su habitual paso elegantemente grácil miraba a todos lados buscando a su pareja. Después de que Narcissa Black se alejara, Alyn suspiró volviendo la vista a su libro Animales Fantásticos y donde encontrarlos, cuando notó que las letras flotaban en el aire y no comprendía una sola palabra de lo que leía cerró su libro en un ruido sordo y con un ligero movimiento de varita éste voló hacia el castillo, frotó sus sienes y se levantó del suelo acomodando su túnica en un sutil movimiento para seguir también de vuelta al castillo.

La más baja, con un claro malhumor de madrugada empujó ambas enormes puertas del Gran Comedor provocando un chirrido que llamó la atención de casi todos, se dirigió a su mesa e iba a sentarse pero se detuvo y buscó con la mirada a lo largo de la mesa, puesto que no encontró a quien buscaba se dirigió a un chico Slytherin de un curso menor .— ¿Han visto a Malina? Malina Zabini

El menor había negado sin siquiera mirar a Gwyllion, cosa que por supuesto molestó a la Black, que dado su malhumor por ser las 6:30 y no haber almorzado decidió que sería buena idea lanzar un hechizo a aquel chico, discreta y lentamente sacó su varita de un bolsillo.

—¿Cual es tu nombre? —. Preguntó con una maliciosa sonrisa ladina por fin consiguiendo que el menor la mirará, una mueca más arrogante a lo que acostumbraba Alyn provocó que su sonrisa se ensanchara y empuñara con fuerza su varita, cuando estaba por lanzar el hechizo unos brazos rodearon los suyos alejándola de la mesa y llevándola a otra .— ¿Que-

—Antes de que decidas asesinarme-

—Ya lo estoy considerando

—Como decía, antes de que decidas asesinarme, necesito tu ayuda —. La azabache estaba por usar aquellas tácticas de autodefensa muggle que Lily le había enseñado cuando lo que parecía un panecillo terminó en su boca, sin siquiera dudarlo tomó el panecillo con una mano y le dio un enorme mordisco para su pequeña boca mientras que su otra mano guardaba su varita en un bolsillo de su túnica, su siguiente sonrisa podía ser considerada adorable si no fuera por las escenas pasadas en que casi atacaba a un compañero a altas horas de la mañana solo porque éste no se había dignado a mirarla mientras le hablaba.

—Prosigue

—Necesito tu ayuda urgentemente, ya he perdido demasiado tiempo, 4 años si cuentas desde que lo conocí, y ahora que por fin me di cuenta de lo que verdaderamente sentía por él no sé como proceder así que necesito la ayuda de una chica y amiga suya para que me ayude a- —. Gwyllion detuvo su divague alzando una mano frente a su rostro, éste obedientemente cerró la boca recibiendo una caricia en la cabeza cual perrito

—Sirius, no puedo entender lo que dices si das tantas vueltas, aunque ya creo saber que quieres decir, ve al punto, si? —. El mayor asintió tomando una gran bocanada de aire, preparándose para continuar

—Hace unos días... como sabrás, tuve una salida con James, Remus y Peter, como cualquier otro día, la cosa es... ese día, fue algo diferente, Moony y yo tuvimos que quedarnos solos cuando Pet y James se fueron a sabrá Merlín donde, no sé, yo... lo vi diferente, su sonrisa nunca había sido tan radiante y hermosa como ese día, sus cicatrices me parecieron más lindas de lo normal y... —. Mientras el azabache trataba de explicar su punto, enfrente suyo, su hermana cubría su boca con ambas manos temblando de la emoción, sonreía y sus ojos parecían brillar como si hubiera encontrado la cura definitiva a la viruela de dragón.

The heart knows, the mind don'tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora