The heart knows, the mind don't

Marauders

Si les preguntaras, ¿cómo y desde cuando se volvieron tan cercanos?

Sirius te diría que no lo recuerda, tal vez responda algo como "nos topamos un día", y ya está, tal vez esté pasando de ti.

James se emocionaría, comenzaría a contar hechizando algunas cosas para escenificar, dramatizaria uno que otro detalle y sonreiría excesivamente.

Remus sonreiría con nostalgia, daría un suspiro antes de comenzar a contar toda la historia tal y como fue con esa voz calmada suya que toma toda tu atención y te obliga a mirarlo sólo a él.

Peter miraría el techo como si tratara de recordar, después con una risita te contaría los sucesos con escasez de detalles y seguiría con lo suyo.

Gwyllion primeramente te insultaría por interrumpirla mientras come, después con una sonrisa de contaría todo con exceso de efectos especiales, algo la distraería y dejaría a medias la historia.

Cada uno tiene su versión, unas más detalladas que otras, unas más verdaderas que otras, pero cada una en el fondo de su corazón sería un recuerdo especial. Pasarán los días, meses y años, y sin embargo siempre recordarán todos esos momentos que pasaron juntos, felices, lloraron juntos, rieron juntos y pasaron cosas que no debían, juntos. Marcaron una era que nadie olvidaría.

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Esa noche es la primera reunión oficial de los merodeadores después de la fiesta. Durante dos semanas de trabajo sin descanso no habían podido hablar los cinco, solos.

Y esa noche Gwyllion había escapado de su sala común para ir a la Torre de Gryffindor y escabullirse a la habitación que los chicos compartían desde primer año, pues esa tarde cuando se encontraron en sus castigos de acomodar los libros de la biblioteca por fecha y peligro, dejando "ocultos" los que la profesora McGonagall consideraba inapropiados y por los cuales dijo exactamente, ¿cómo terminó esto aquí?, ellos dejaron su tarea a un lado para organizar una reunión esa noche y hacer una votación sobre dónde sería, lamentablemente para Gwyllion la mayoría ganaba y era ella quien tenía que escaparse de su habitación, aún cuando ella no tenía la capa de invisibilidad.

—Peter, ¿trajiste la comida? —. Asintió mostrando el enorme plato .— Bien, ¿Sirius, bebida?

—Lo mejor de el almacén de mi padre

—¿Cuándo sacaste eso-

—Gwyllion, ¿nadie te vio? —. James la interrumpe, Sirius le guiña y se sirve en una copa de cristal

—Estaría segura si no fuera posible que me vieran, pero lamentablemente yo no tuve la fortuna de quedar en Gryffindor y así poder pedirte la capa cuando sea que desee salir a altas horas de la noche

—De acuerdo, eso es un no, podemos empezar- sí, Remus? —. El licántropo sonríe y baja la mano, Gwyllion sigue refunfuñando y Sirius le tendió otra copa

—¿Por qué empezaremos? Por que la verdad no me siento cómodo contando detalles de mi relación con Sirius y ustedes llevan insistiendo-

—¡Oh por los santos calcetines de Dumbledore!, tarde todo tercer año y la mitad de cuarto para que notaran que se amaban, la otra mitad en que se confesaran, ¡tengo derecho a saber cosas de mi pareja favorita de Hogwarts, o no? —. James abre la boca y pone una mano en su pecho con una expresión dolida, la menor suspira y palmea su hombro .— La segunda es James y... oh, amigo, no me hagas esto, ni siquiera sé quién es tu pareja en realidad

—Sí, sí, sé que hice todo mal, ¡no me lo recuerdes!

—No, no todo mal

—¿No? —. Sirius y Remus hablan a la vez, se miran, y después de una batalla de miradas que Remus gana Sirius se golpea a sí mismo en el hombro

—Nah, a todos les atrae Lucius, no te culpo, por lo único que te puedo culpar es mentirle a Evans

Esta vez todos guardan silencio, dirigen sus miradas a Gwyllion que toma su piña colada con un sorbete, Sirius está asintiendo y recibe la mirada acusadora de Remus

—Tiene lo suyo, pero a mí me gustan castaños, altos, flacuchos y con un poco de persona en sus cicatrices —. Se toma lo que queda en su copa de un solo trago y después deja caer su cabeza en el hombro de su novio

—Miralo de esta manera, Prongs, eres el único con el que se ha acostado —. Esta vez es James el que asiente con una mueca, Peter y Remus lucen confundidos

—Pero, no salió con Narcissa?

—No, era todo una farsa —. Sincronizados todos giran lentamente para mirar a Sirius que estaba luchando con un pan relleno de queso, se percata de que todos los ojos estaban puestos sobre él cuando el queso deja de estirarse y cae en su barbilla .— ¿Qué? Es mi prima, estaba presente cuando sus padres discutían el compromiso

—En fin. James, debes aclarar las cosas con Lily —. La voz de la razón, Remus Lupin.

—Y con Lucius, está igual de confundido y más con la pelea que hubo en la fiesta —. Gwyllion ahora está tirada en el suelo con las manos en su abdomen.

—A mí no me miren, sólo fui a defender a mi amigo

—Sirius, apenas estaban discutiendo y tú lo mandaste a volar

—¡Ok, ese no es el punto! —. Se echa para atrás cuando Gwyllion le quita los lentes y se los pone ella mirando alucinada toda la habitación formando una "o" con sus labios .— Lucius y yo... ya saben, y Lily, bueno, ella me gusta, saben cuanto la he amado desde que la vi en el tren por primera vez

—Oh-ho sí, como olvidarlo, el pequeño Jimmy dispuesto a conquistar a la pelirroja mejor amiga de Snivellus

—"Tú y yo nos casaremos" —. Sigue Peter resistiendo la risa y haciendo su voz más aguda

—Y como olvidar el fracaso del 73 —. Un trozito de pan va a parar al rostro de Remus y después el mismo termina golpeando a James en un ojo

—¡Padfoot!, sobrepones a tu novio sobre tu amigo, ¡la traición!

—No es traición si la víctima también lo hizo antes —. Gwyllion defiende a su hermano

—Esa es mi hermanita —. Los Black chocan las manos, cruzan sus meñiques agitando las mismas

Aquellos temas pasan de lado cuando Peter empieza una pelea de almohadas, Remus pone música en su megáfono, Sirius le invita unos tragos a su hermana siendo detenido por Remus, la discusión termina en besos y en algún momento de la noche James desaparece, Gwyllion y Peter se toman un tiempo para charlar, sin abrazos ni caricias, James vuelve después de unas horas junto a Lily, no hay tensión, no hay miradas tristes ni tampoco incómodas, comparten sonrisas y cuando comenzaba a amanecer se despiden con un abrazo amistoso.

Nadie recuerda exactamente como pasó eso, es un secreto entre el ángel rojo y el ciervo guasón.