The heart knows, the mind don't

21 | ¡Ánimo, chucho! ¡Ánimo, rubia!

—Pronto termina el curso y nosotros no hemos hecho nada aún

—De hecho, salimos en unos días —. Comentó Severus, con una mano señalando ciertos puntos en un libro y con la otra sosteniendo su varita haciendo flotar productos de su baúl hasta tenerlos a su alcance

—Exactamente, no hemos avanzado nada, desde esa vez que Luci no encontró a James no ha vuelto a hacer el intento por hablar con él, ¡y James está peor! cada vez está más paranoico pero también se rehúsa a hablarle —. Gwyllion se dejó caer al sofá individual, suspirando frustrada

—Podemos intentar juntarlos a la fuerza, se verán obligados a hablar —. Propuso Regulus, mirando el trozo de fresa en su tenedor

—Es una buena idea, pero Filch ya no me deja acercarme al aula abandonada

—Nosotros lo hacemos, nos encargamos de Lucius, tú de Potter, simplemente hazle creer que Sirius le pidió que se encontraran y terminará ahí —. Dijo Severus, más que nada, centrado en sus asuntos, sin siquiera dirigirles la mirada, más interesado en las escamas de sirena que le habían obsequiado en su último cumpleaños

—No estoy segura que realmente me vaya a creer...

—Confía en mí, ellos no piensan demasiado las cosas

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—Prongs, me encontré a Sirius mientras venía para acá y me dijo que te dijera que te esperaba en el aula abandonada —. Dijo con aparente indiferencia, aunque por dentro estaba que se desmayaba de los nervios, aunque no era mala para mentir, por alguna razón que aún no descubría le generaba un escalofrío que recorría su columna vertebral, James la miró, dijo "de acuerdo" y se fue sin más, sin hacer una sola pregunta, sin mirarla sospechosamente, nada.

Miró alrededor, a la puerta por donde había salido el castaño y sus propias manos

—Fue más sencillo de lo que pensé

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El aula abandonada

Nadie sabía porque estaba abandonada, si siempre lo había estado, o si siquiera había sido usada como aula, tenía un par de escritorios, estantes vacíos, libros polvorientos que si abrías las hojas se desmoronaban de lo viejo, sillas apiladas unas sobre otras, entre otras cosas.

Esa sala había visto muchas cosas en todos los años en los que los conocidos como "merodeadores" habían cursado en Hogwarts hasta el momento. El primer beso de Sirius, el primer beso de Remus, la primera reunión oficial como Merodeadores, el primer "algo más que besos" de Sirius, la primer cita de Gwyllion, ya que fue a espaldas de Sirius, la prueba de una broma que salió mal y por lo que resultaron castigados limpiando salones durante 2 semanas, etc, etc.

Ahora, —probablemente— también presenciaria la "reconciliación" de James y Lucius, o el inicio de la primer relación de James Potter, lo que pase primero.

James llegó ahí poco después de que Gwyllion le dijo que Sirius lo esperaba, esperó 5 minutos, 10 minutos, y nadie llegaba, nada pasaba, esperaba al menos que pasados los 15 minutos explotaran las ventanas o algo así, pero nada había pasado.

Suspirando aburrido, comenzó a caminar por el aula, pensando en si debería irse o seguir esperando, más o menos llevaba 5 vueltas a toda el aula cuando escuchó la puerta abrirse, pies tropezando entre sí, y después, la puerta cerrarse, se dió la vuelta enseguida.

—Am... —. Ambos se quedaron paralizados en sus sitios, siquiera evitaron verse a los ojos, se mantuvieron la mirada, uno de ellos balbuceando y el otro sonrojándose hasta las orejas .— Primero que nada, debo decir... que esto no fue idea mía

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—Bueno, ¿y ahora qué?

—Podemos irnos y esperar el mejor resultado, o...

—Podemos quedarnos y escuchar a través de la puerta —. Gwyllion completó la frase de su hermano, Severus mantenía la misma expresión amarga de siempre, se encogió de hombros

—Supongo que tú lo harás, Reg —. El mencionado asintió .— Bien, también me quedaré

—Al, ¿no dijiste que Filch ya no te permitía andar por aquí?

—Sí, pero antes de venir a asegurarme que habían hecho su trabajo revisé los alrededores y siquiera su gata endemoniada estaba cerca —. Se inco sobre sus rodillas y pegó la oreja a la puerta, Regulus y Severus se miraron entre sí y sólo el menor se agachó también junto a su hermana

—Esto tan ridículo... —. Severus también se agachó, más cuidadosamente y no pegó la oreja a la puerta, alegó que la distancia a la que estaba era suficiente para escuchar

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—Vamos, Pete, sé que soy un gran amigo y que soy increíble y poderoso pero... tampoco hago milagros, sabes?

Remus no se contuvo a rodar los ojos cuando escuchó aquello de el hombre menos egocéntrico en la Tierra

—Sirius, no seas así con el pobre chico, sólo ayúdalo —. Sirius hizo muecas como si estuviera pensando intensamente en algo, Peter lo miraba esperanzado

—De acuerdo, sí, está bien, sólo bromeaba, claro que te voy a ayudar, Minnie me ama —. Nuevamente Remus rodó los ojos

—¡Genial! Gracias, te debo una —. Exclamó Peter antes de salir corriendo del aula

—¿Yy...? ¿No estás orgulloso de mí? —. Dijo con voz melosa acercándose al más alto, que estaba recargado en una mesa con una media sonrisa

—Sí, sí... lo hiciste bien, Black —. Cuando estuvo a una distancia lo suficientemente cerca le revolvió el cabello y le dió una palmada en el hombro

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◍ No recuerdo si lo había dicho antes, pero quiero aclarar que algunos sucesos fueron cambiados de tiempo, es decir que cambió el momento en el que sucedieron, por ejemplo, la transformación de Sirius, James, Peter, etc, en animagos, y la creación del Mapa Merodeador, por conveniencia del guión fueron cambiados.

De verdad que ahora me está costando continuar las historias, tengo muchos trabajos y cosas pendientes además de que me siento muy estresada y siquiera puedo pensar en actualizar alguna historia, pero yo seguiré porque es lo que me gusta hacer.