24 | Sólo tú y yo

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Nunca creyó maldecir tantos nombres en tan poco tiempo.

Tampoco creyó lo que él y su «mejor amigo» estuvieron a puntod e hacer.

Que sí, que ya se habían besado, pero fue producto de un estúpido juego que él propuso, y tantas miradas esperando que lo hicieran. Y sí, Sirius le parecía atractivo -malditamente atractivo-, y era divertido, era un completo rebelde, impulsivo, inconsciente, era todo un desastre, pero era su desastre favorito.

Después de que un jóven de tercero llegara solicitando «urgentemente» a Remus, este se tuvo que ir y Sirius se quedó ahí, con el libro de Remus incluso, pero antes de verse a sí mismo con un ridículo chico al que plantaron -aunque no fue así-, se fue para adentrarse de vuelta al castillo.

-¿Sirius? -. Escuchó una voz femenina llamarlo, parecía conocida, pero fingió no haber escuchado y siguió su camino .- ¡Hey, Black!

No tardó en cruzarse en su camino una cabellera rubia con un par de trenzas entre sus cabellos ondulados, era Marlene.

-¿Por qué tan desanimado, chico? ¿Te rechazaron o algo así? -. Alzó una ceja, honestamente no estaba de humor, pero Marlene siempre era buena escuchando sus quejas, y tenía el presentimiento de que ella sospechaba lo que sentía por Remus.

-Estaba en el patio con Remus y un niño llegó y se lo llevó -. Dijo sin más, no quería entrar en detalles, en caso de que su presentimiento no fuera correcto.

-Ooooh, vaya... interrumpió su momento romántico, supongo -. Ni siquiera lo intentó disimular .- ¿Y por qué no vas a buscarlo? Termina lo que sea que estaban haciendo, no me digas, quiero que mi inocente y pura mente permanezca así

-Exagerada, no estábamos haciendo nada -. Ella le dió una mirada y él suspiró, miró alrededor, preguntándose a dónde podría haberse llevado a Remus ese niño, tal vez a la biblioteca, normalmente lo buscaban para que les ayudara a estudiar .- Bien, lo buscaré, hasta luego, Marls

-Devoralo a besos, tigre

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Tal como Sirius había predicho, Remus estaba en la biblioteca, con el niño al que le llevaba al menos 20 centímetros -mínimo-, escribía unas preguntas para estudiar más fácilmente junto a sus amigos, tal como el niño le había pedido, no le quedaban muchas, afortunadamente era un tema que había repasado muchas veces hace tiempo y escribía rápido.

-Lamento haber interrumpido... -. Murmuró el pequeño mientras jugaba con sus manos, y el mayor le miró sorprendido, no puede ser que lo haya notado, el niño tenía la mirada gacha, realmente arrepentido, y Remus no pudo evitar enternecerse

-Tranquilo, no hiciste nada malo -. Le dió unas palmadas en la cabeza y tras recibir una sonrisa continuó con el trabajo

No tardó mucho en terminar, practicó las respuestas con él y luego las marcó en el libro para que pudiera estudiar con su grupo.

-¡Muchas gracias, Remus! -. Se despidió con entusiasmo bastante apurado por salir de allí, el licántropo se quedó ahí, se recargó en el respaldar de la silla y cerró los ojos

-¿Descansando de ser un modelo a seguir para los niños? -. Escuchó una voz bastante conocida y sonrió casi al instante, no abrió los ojos, por la cercanía de la voz y el cálido aliento que llegaba a su rostro supuso donde estaba, y alzó la mano para acariciarle la mejilla, sintiendo como también él estaba sonriendo

-Sirius, estaba por volver contigo

-Bueno, me adelanté -. Finalmente abrió los ojos y se sintió afortunado de ser quien tuviera esa hermosa vista, esos brillantes ojos como la plata, su largo y sedoso cabello cayendo su propio rostro, haciéndole cosquillas, y esos labios carnosos que tanto anhelaba probar, aunque eso jamás lo diría en voz alta .- Olvidaste tu libro, Lupin

¿Mi libro? ¿A quién le importa el maldito libro ahora, Black?

No dijo nada, se limitó a sonreír y tomar el libro que estaba ahora frente a él tapándole de el campo de visión el rostro de su amigo, dejó el libro en la mesa para continuar apreciandolo.

Sirius no lo admitiría, pero se comenzaba a sentir tímido frente a esa mirada fija en él, así que se enderezó y se sentó en la silla junto al más alto, aclaró su garganta antes de hablar, aparentando tranquilidad.

-¿Qué era lo que quería el niño?

-Que lo ayudara a escribir una guía para estudiar junto a sus amigos -. Señaló los libro que aún estaban regados en la mesa, el pelinegro tomó uno, leyendo el título en la pasta.

-¿De astronomía? Es la asignatura más fácil del mundo -. Bufó y dejó el libro donde estaba, y tomó el otro que decía "Historia de la Magia", el cual también dejo caer en la mesa.

-No a todos se les facilitan las mismas materias que a ti, Sirius -. Alejó los libros de él para evitar que los dañara dejándolos caer tan bruscamente y los puso a su izquierda

-Aprovechando que estamos aquí podríamos estudiar

-¿Sirius Black estudiando? ¿Qué no eres el perfecto chico listo que no necesita de estudios para pasar los exámenes? -. El mencionado se encogió de hombros y golpeó la mesa con los dedos, parecía un tick nervioso, y Remus accedió, apareciendo unos pergaminos en los que ya tenía escritas unas cosas

-Bueno... el lunes empezamos los T.I.M.O's, antes de salir de vacaciones, no es mala idea estudiar un poco

Y así hicieron, estuvieron estudiando aproximadamente dos horas y media, hasta que Remus se percató de que Sirius ya no decía nada, giró la cabeza para verlo, y ahí estaba él, con los brazos sobre la mesa y la cabeza sobre uno de sus brazos, profundamente dormido, suspiró con una sonrisa, y se recostó sobre su propio brazo también, dedicándose a mirarlo.

Así, dormido, en su estado más vulnerable, se veía como un pequeño niño indefenso, a pesar de su cabello largo, sus uñas pintadas, sus chaquetas de cuero y su motocicleta, en ocasiones era sólo eso, un niño, un jóven de 15 años; lo era en las madrugadas, cuando despertaba después de un mal sueño y no podía volver a dormir, a veces, James lo escuchaba y hablaban hasta que amanecía o hasta que finalmente Sirius se dormía, otra veces, Remus se levantaba y se metía a la cama con él, lo dejaba abrazarlo y le acariciaba el cabello hasta que lo sentía relajado y con suerte descansando; lo era cuando regresaba a Hogwarts después de un tiempo en casa, y por la noche no entraba a la cama cuando todos lo hacían, sólo se quedaba sentado en el escritorio, con la mirada perdida, él mismo perdido en sus pensamientos, en los recuerdos; Sirius tenía mucho de él mismo que ocultaba, pero Remus sentía que lo sabía todo de él a pesar de eso, con él se siente seguro, y espera que el sentimiento sea recíproco.

Llevaba un buen rato ahí, y se le empezaba a entumir el brazo, suspiró nuevamente, y subió la mano al rostro durmiente del chico al que amaba, era así desde hace mucho tiempo, y lo sabía, pero no quería admitirlo, porque también sabía que sería difícil, y sería doloroso, pero finalmente estaba listo para aceptar la realidad, estaba enamorado de Sirius.

Ojalá que Sirius lo estuviera de él.

Acarició su mejilla con tanta suavidad que por un momento creyó que realmente no lo estaba tocando, vió como fruncía el ceño y soltó una risita casi cargada de dolor, era tan complicado anhelar algo, tenerlo enfrente y no poder tomarlo.

-¿Moony? -. Su voz se escuchaba ronca, sus ojos entrecerrados, acostumbrandose a la luz de la biblioteca, no respondió, sólo le siguió acariciando, y sintió la calidez de la mano de Sirius sobre la suya, ahora él también lo veía fijamente, nuevamente esa atmósfera que habían creado hace unas horas en el patio.

Sus sillas estaban muy cerca, por lo que sólo sus cuerpos se movieron, atrayendose como imanes.

Cuando un mechón negruzco cayó y casi cubre los ojos de Sirius, Remus lo impidió y lo llevó detrás de su oreja, con ello, el pelinegro no iba a esperar más, no lo iba a aplazar más, había tenido ya suficiente de miedos, así que aún con la mano sobre la de el más alto, se estiró hacia él para romper esa pared que los mantenía limitados en cada momento, y finalmente unir sus labios en un tan esperado y absolutamente perfecto beso.

Nada ni nadie los interrumpiría esta vez.

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1393 palabras, son las 11 de la noche, en sábado.

Una vez que inicié este capítulo ya no pude detenerme.

The heart knows, the mind don'tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora