16 | Hermanos, no sólo de sangre

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Las últimas semanas habían sido realmente ajetreadas, tanto que olvidó un importante detalle.

Hacía unas semanas, durante el tiempo que estuvo distanciada de James, sus padres les habían enviado una carta, o mejor dicho, una invitación, a la cena familiar que su madre prepararía.

A sólo dos días de la dichosa cena, Regulus y Gwyllion recordaron dicha tragedia, y ahora se estaban volviendo locos, porque también habían olvidado decirle el pequeño detalle a su hermano mayor, de que su madre le presentaría la que esperaba sería su prometida.

—¡Tú le dirás, tú te llevas mejor con él y contigo no se molestará tanto!

—¡Sí, pero contigo se ha entendido mejor!

—¡Tú le dirás! no se discute, Al

La de ojos ambarinos ahogó un grito de frustración en la pobre almohada de Severus.

—¿Y si mejor le dicen ambos? —. Propuso Narcissa, que se encontraba tomando leche chocolatada, sentada en la orilla de la cama de Lucius, que en ese momento no estaba en la habitación

—Ahora no, Cissy, por favor —. Gwyllion seguía matando a su mellizo con la mirada

—Es lo mejor, Reg, deben decírselo ambos, ambos lo olvidaron —. Regulus lo miró indignado, pero después de una muy pequeña lucha interna, bufo y asintió, no podía llevarle la contraria a Severus cuando lo miraba de esa manera.

—¡Bien! Al —. Ella no lo miró, estaba muy ocupada asesinando un galleta a mordiscos con su afilados colmillos
.— Al, Alyn —. Ella lo miró enseguida, gruñó y se levantó apuntándolo con un dedo

—No

—Gwyllion, debemos decirle ambos a Sirius —. Ella asintió a pesar de que aún hacía pucheros y estaba cruzada de brazos evadiendole la mirada
.— Será mejor si lo hacemos ahora, no?...

—Sí, yo creo que deberíamos-

Gwyllion fue interrumpida por el portazo de la puerta de entrada a la sala común, todos se miraron con una mezcla de sorpresa y confusión, salieron de la habitación y bajaron lo más rápido que pudieron sin tropezar, en la sala, mirando la chimenea, estaba Lucius, tenía en su mano su túnica y su mirada, aunque estaba dirigida al fuego, parecía no estar centrada ahí, enseguida todos supieron que algo nada mal.

—¿Lu, qué sucede? —. Narcissa fue la primera en preguntar, después de todo eran amigos, y ex pareja, lo conocía perfectamente, los mellizos también se acercaron a él, fue Severus quien mantuvo su distancia pero a su vez mostrando su preocupación, era realmente el único que tenía una idea.

El rubio se dejó caer al sofá, desató su coleta dejando su cabello normalmente bien peinado, desordenado, la rubia se preocupó aún más, miró a sus amigos que parecían igual, Severus se acercó lentamente, se sentó junto a Lucius y con una mirada le indicó al resto que él se encargaría, y que los dejaran a solas.

Cuando todos se fueron, fue cuando Malfoy habló.

—Fui un idiota, Sev —. Murmuró, se talló los ojos que comenzaban a enrojecerse y fijó su mirada al suelo

—Antes de insultarte a ti mismo frente a alguien más deberías aunque sea explicar la razón —. No era exactamente un secreto que no era bueno consolando, pero era excelente escuchando.

—Creí que realmente tenía una oportunidad con él, pero ya veo que sólo tiene ojos para ella, sus preciosos ojos sólo la ven a ella, siempre ha sido así... —. Volvió a decir en un tono bajo, a su vez que suspiraba y sonreía sin alegría.

The heart knows, the mind don'tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora