Who Says – Selena Gómez.
Ha pasado dos semanas desde que empecé la universidad. Una semana en que tengo viviendo sola en Madrid. Lo que se me hace raro, porque siempre fui la niña de papá y mamá en un pueblo pequeño en el que todo mundo me conocía.
Se me hacía raro pensar en que estaba haciéndolo bien. Pensé que estaría escondida bajo mi cama, llorando cada noche, pero no ocurrió. Mi sueño comenzaba y yo estaba luchando por algo que amaba desde que tenía memoria.
También ha ayudado demasiado el hecho de que yo había conocido a Axel. Él estaba logrando que el nerviosismo inicial claudicara, con su compañía y la de sus amigos yo me fui adaptando a vivir aquí con mayor facilidad.
Aunque no quitaba que tenía un miedo de que me hicieran como Carrie en el baile de la escuela y termine conmigo bañada en sangre y queriendo clamar venganza.
Sí, el no tener muchos amigos me hizo paranoica mientras crecía. Mala combinación con una amante de los libros.
Pero a medida que han pasado los días, estos temores se han ido disminuyendo. La forma de ser todos era simple, eran una gran familia de la que me encantaría ser parte.
Además, Axel me ha dado esa tranquilidad.
Él no es como los chicos de donde vivía. Era tranquilo, se reía fácil y su buena vibra atraía a las demás personas. Esto último me hizo comprender la razón de que Isabel estuviese vuelta nada por él. Axel es súper especial, en todos los sentidos. Muy amable, inteligente, carismático. Y mejor no sigo sacando cualidades porque seré una segunda en su club de fans.
Sus amigos me tratan bien, de hecho, es como si formara parte de su grupo desde hace mucho tiempo. Es cómodo poder hablar con ellos y sus bromas me hacen reír en demasía. No recuerdo haber sido nunca así.
¿Sabes la chica que se escondía en el almuerzo de los más grandes para que no se metieran con ella? Esa era yo.
Ahora por eso estaba tan feliz de ver el gran cambio de mi vida de hace unos meses atrás que dejé la escuela.
En este momento me encontraba en la cafetería con los amigos de Axel y me reía con los chistes de Alberto y Tomás.
—Por si no lo sabías, Lía. La primera borrachera de Axel fue en último año y se puso a pelear con una palmera porque y que lo miró feo.
—En mi defensa, me miró feo —respondió él haciéndome reír.
—¿Eres de aquí? —me pregunta Isabel luego de un rato.
Negué. —Nop, soy de Santillana del mar —contesté esperando lo que venía.
—«Ni es santa, ni llana, ni tiene mar» —dijeron Axel, Tomás y Albert al mismo tiempo.
—Ajá —me reí—. Habían tardado demasiado.
—¿Cuánto tiempo tenéis viviendo aquí? Es que te adaptaste rápido. —Si supieran que yo también estaba sorprendida por eso.
—Me mudé aquí cuando inicié.
—¿Y ya conociste la ciudad? —pregunta de nuevo Isabel y todos voltearon esperando mi respuesta.
—No aún, no pero ya habrá tiempo —contesto sin más a su interrogatorio. No me gustaba por dónde estaba yendo esto.
—Explicadme una cosa. —Tomás puso sus manos en posición de rezar. Creo que el modo abogado está activo—. ¿Es vuestra primera vez viviendo sola?
—Sí, ¿por qué? —Esto iba a salirse de control
—¿Y ya habéis salido, me imagino? —preguntó Tomás retomando su punto.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que el sol vuelva a sonreír
Teen Fiction¿Cuál es el cliché más grande de todos los tiempos? Enamorarte de tu mejor amigo. Soy Amelia y tenía una existencia normal, sin nada resaltante en ella. La típica historia, no podía negarlo. Mi vida social era casi nula, el cero a la izquierda. Has...