Capítulo 10

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Alejo el cuerpo de mi hermano de la cama. El muy estúpido no quiso dormir en el sofá porque, va a dañar su cuello y no sé qué otras tonterías que se inventó en su dramatismo.

—Erick, muévete. —lo empujé, pero creo que me pasé con la fuerza porque sonó un estruendo en el piso.

—Pero qué en el cielo. ¿Por qué me empujas?

—¿Te caíste? —pregunté de la forma más inocente posible.

Me miró desde el suelo e hice lo imposible por no reír como quería.

—No caí, me empujaste. ¿Por qué?

—Tú no te querías levantar —contesto toda inocente a su pregunta,

— ¿Y por eso debías tirarme de la cama? —la posición que cayó me hizo darme cuenta que estaba dolorido— Joder, me cago en la puta. Me duele todo.

—Ay no te quejes. Y vamos a desayunar. Que debo ir a la facultad.

— ¿Y por eso me levantas en la madrugada

—No es de madrugada. Son las cinco de la mañana —Contesto normal ya acostumbrada a ello—. Tú eres un flojo que no se levanta a la hora.

Él me mira horrorizado. —¿La cinco de la mañana? —asiento—. Si ahora es que el sueño está más bueno. —se acuesta de nuevo en la cama y coloca la almohada encima de su cabeza tapando la luz.

—Hermanito, te compraré el desayuno. Levántate. —Cuando dije "comprar" su cabeza salió de la almohada.

—¿Desayuno? —me mira con "ojos de niño pequeño viendo un pastel en una fiesta"

—Si Erick, así que levántate de la cama. Tengo examen a las siete.

Él asiente y me da un beso en la mejilla. —Gracias enana, no sé qué haría sin ti —Y en eso se mete a bañar.

Listos para ir a desayunar, bajamos las escaleras empujándonos en una competencia como cuando mi mamá nos llamaba a comer. Era más extremo cuando estaba Leo, pero él fue el primer en tomar vuelo lejos de nosotros.

Cuando llegamos a la entrada, está entrando a Axel y está vestido como el día anterior, eso me confirma lo que pensé antes de cerrar. Que pasaría la noche con Ariana.

"Respira que no te duela"

¿Por qué no lo haces tú conciencia si es tan fácil?

"Porque yo solo estoy dentro de tu cabeza"

Agh. Ya estoy hablando sola. Voy a parar en loca.

—Buen día, Amelia —sonríe Axel, pero yo siento que mi corazón se salta un latido. Esto estaba mal.

"Devuelve la sonrisa y el saludo, Lía"

—Hola, Axel —respondo mientras tomo aire para no llorar.

Mi hermano hace su gran aparición. —¿Qué haces aquí? —pregunta borde. ¿Es en serio? ¿No habíamos pasado ya por esto? Debía ser retardado o estaba bebido si no se acuerda de lo que hablamos.

Luego recuerdo que no le dije que vivía aquí al lado.

Ups.

—Él es mi vecino. —digo rápidamente, buscando la manera de quitar mi gran metida de pata. Erick alza una ceja, desconfiado.

—¿Tu vecino? —pregunta y por su cara sé que es una pregunta capciosa. Yo solo asiento. Debe de creer que vive conmigo o algo.

Es como volver a la secundaria.

Hasta que el sol vuelva a sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora