Capítulo 24

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TRES AÑOS Y MEDIO DESPUÉS:

Llego de mi guardia de ginecología y estoy súper cansada porque anoche me lo pasé estudiando mientras se terminaba mi horario sentada en un banco del hospital. Lo que era bueno en parte, no hubo ninguna emergencia.

Cierro la puerta de mi apartamento y me recuesto sobre ella. Solo quiero dormir y que este internado acabe pronto. Necesito dormir sin preocupaciones. Es increíble que este lugar haya sido mi hogar por casi seis años. La Amelia de dieciséis no imaginó nunca llegó tan lejos.

Miro las notificaciones en mi teléfono y me encuentro con una que me hace sonreír. No podía creer tampoco que era amiga electrónica de un chico.

Sabes, te tengo una sorpresa.

Eso me intriga. ¿Una sorpresa?

En el tiempo que tenemos hablando de esa forma siempre me ha dado algunos obsequios en navidad y mis cumpleaños. Muy pocas veces no llamamos, solo por notas de voz. Y me he acostumbrado a él y su forma de ser.

¿Una sorpresa? Ya dime, sabes que no me gusta la ansiedad que causan.

Es una sorpresa, no te puedo decir. Pronto lo verás.

Matías Vera, ¿qué cuesta decirle a tu amiga?

Sorprenderte. Y ahora estoy entrando a cirugía, mejor amiga.

¿Desde cuándo soy tu mejor amiga? No estaba al tanto de ello.

Pensé que lo sabías, mejor amiga.

No lo sabía.

Bueno, lo eres. Y ahora descansa, mejor amiga.

Releo la conversación con una sonrisa, de verdad es que estaba sorprendida por el hecho de que me considerara su mejor amiga. Un chico como él debía de tener una legión de personas tras de él.

Otra notificación me alerta y pienso que era otro mensaje de él, pero me equivoqué y me encontré con una alerta de mi calendario. Hoy es el cumpleaños de Axel.

He estado tan atareada con el internado que hasta me olvidé de esta fecha. La peor mejor amiga de todos los tiempos. Yo no sé ni cómo mirarlo a la cara luego de esto. Me debe de odiar.

Menos mal que ya tengo su regalo.

No es nada de otro mundo sólo un reloj. Como ahora somos internos debemos tener un reloj en todo momento y como a él se la le dañó hace poco el suyo decidí regalarle eso.

Tengo un mensaje de Isabel que dice que le harán una cena en casa de ella y que estoy invitada. Yo acepté y dije que llevaría la tarta. Haría la favorita de Axel y por ello pondría todo mi empeño para que quedase bien.

Lo bueno de Isabel es que ya se le pasó su enamoramiento por Axel. Aunque yo no puedo decir lo mismo. Sigo estúpidamente enamorada de él. Mis sentimientos siguen estancados en la niñata de dieciséis años que se enamoró de su amigo.

No niego que hubo acercamientos de alguno que otro chico, pero ninguno me llamó la atención y como no me mostraba interesada, se alejaron a la primera oportunidad. Así que tan importante no era.

Me doy una ducha y caigo sobre la cama casi que con un gemido de satisfacción. No sabía que se podía extrañar tanto dormir hasta que empezaron las rotaciones. Al menos estaba cerca, un par de meses más y sería libre.

La siguiente semana iniciaría en Cirugía, era la última antes de decir adiós a la escuela. Pronto sería libre, bueno, hasta que presente el MIR y la oposición, pero no quiero pensar en ello en este momento.

Hasta que el sol vuelva a sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora