Había pasado varios días desde que ocurrió lo del hospital con el interno, Axel y yo. Seguía sin comprender su arranque bastante extraño, él no era del tipo de personas que se enojara. Y aquí estábamos, nos hablábamos solo lo justo.
Hoy de nuevo faltó a la universidad, había escuchado por los chicos que tenía que encontrarse con su tía. Por lo que hice como la primera vez y apunté todo para él, para que no perdiese su nota.
El chico me envió el trabajo. Yo le mandé un correo de agradecimiento y le dejé una caja con dulces en el stand de cirugía dónde estaba haciendo su rotación. No había podido ni verlo, pero la licenciada que me atendió ese día me dijo que estaba a nada de terminar.
Al final sacamos Axel y yo la máxima nota por él.
Me encontraba estudiando física médica, otra materia que era mi némesis. Yo no entendía por qué metían estas cosas en la universidad. ¿No les bastaba hacerme sufrir ya con matemáticas?
Los vectores me tienen viendo números y letras por todas partes. ¿Quién en su sano juicio decidió que los números y las letras debían ir juntos? Lo bueno es que ya he empezado a entender. Era un poco más fácil que mi némesis.
Solo que intento concentrarme y esto se me hace difícil por otros motivos. En poco tiempo Axel se ha hecho mi amigo, casi que mi mejor amigo. Le cuento cada cosa que pasa por mi mente y está ahí escuchándome y haciéndome sentir importante, no me hace sentir como una niña. Lo que es un regalo, nunca antes había tenido alguien así en mi vida.
Pero también sabía que eso era un camino complicado si me dejaba llevar por ciertas cosas que me ocurrían cuando lo veía. Como las mariposas en mi estómago o la manera en que mi corazón se enloquecía en el momento que estábamos solos.
Y eso era algo que debía olvidar.
Él tiene novia y no puedo hacerme la más mínima ilusión por él. Se ve que la ama y no la va a querer cambiar por alguien más. Y mucho menos por mí, que soy una chica sencilla. Una más del montón. Ariana es muy bella con su cabello rubio como el sol, sus ojos verdes y su cuerpo de bailarina que está tonificado por completo. ¿Qué oportunidad puedo tener yo, una chica de cabello castaño y ondulado con los ojos café más normales que existen sobre una belleza rubia? Ninguna. Así que debo enfocarme en recordar que Axel es mi amigo. Él está prohibido para mí.
Qué horror que el primer chico que me interesa está con alguien.
La tarea la termine a eso de las siete y en eso tocan la puerta, y supongo que es Axel ya que es el único que viene a visitarme "tan tarde".
—¿Quién es? —grito fastidiándolo
—Amelia, sabes que soy yo. —la voz de Axel se coló por debajo de la puerta y me dije que debía calmarme. Tenía que actuar con naturalidad.
Abro la puerta y veo que trajo su bolso consigo. Supongo que es para que le preste los apuntes.
—Hola Axel.
Él acaricia mi mejilla con cuidado. —Hola Lía.
Su roce hizo que mi respiración se atascara en la garganta. No sabía si a él le pasaba lo mismo, pero yo sentía que me ahogaría en cualquier momento.
—¿Todo bien? Supe que estabas con tu tía.
—Sí, ella no está del todo sana y me toca ayudarla en algunas cosas.
Por más que teníamos casi seis meses de conocerlo, sabía que había cosas dentro de él que no quería decir. Nunca mencionaba a su familia, jamás. Y eso se me hacía raro. De alguna forma tenía que salir.
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Hasta que el sol vuelva a sonreír
Ficção Adolescente¿Cuál es el cliché más grande de todos los tiempos? Enamorarte de tu mejor amigo. Soy Amelia y tenía una existencia normal, sin nada resaltante en ella. La típica historia, no podía negarlo. Mi vida social era casi nula, el cero a la izquierda. Has...