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Ambos seguimos en silencio durante el trayecto, había comenzado a llover así que Erwin conducía un poco más lento.

–¿Seguirás molesto?– Pregunté una vez más

–Déjame en paz Mike– Dijo en voz baja

Me estaba sintiendo molesto con su actitud, estaba siendo infantil al sentirse celoso y no pensaba seguir insistiendo. Pero tampoco quería dejar que siguiera pensando tonterías

–Realmente me puse caliente cuando te vi– Dije como si nada– A pesar de sentirme nervioso, no pude evitar ponerme duro

–¿De que estás hablando?– Pregunto mirándome de reojo

–Ver que estabas celoso me excito, mucho más cuando le hablaste de esa forma, dejando en claro a quien pertenezco– De inmediato recordé ese momento

Erwin se veía realmente molesto, con su mirada fría y llena de desprecio hacia ella, su porte tan elegante y dejando salir palabras sucias de su boca, era algo hermoso. Cuando se acercó a mi para limpiar el labial me estremecí un poco, a pesar del miedo de que hiciera una locura

Empecé a excitarme de nuevo, mire a Erwin y después comence a abrir mi pantalón

–¡¿Qué estás haciendo?!– Pregunto confundido y molesto– ¡Mike!

–Creo que ya lo sabes– Sonreí de lado y termine de sacar mi pene del pantalón, mientras él seguía conduciendo– No me prestes atención

–¡Deja de hacer eso!– Comenzo a regañarme a lo que solo reí

–Erwin, eres tan hermoso– Hablé comenzado a acariciar mi pene– Me encanta cuando te pones celoso por mi, te ves tan caliente molesto

–¡Ya basta!

–Me haces ponerme duro, mi pene se endurece tanto y comienza a gotear por ti, deseando que tus gruesas manos lo toquen– Solté un quejido cuando apreté la base de mi miembro

Me sentía extraño hablando de esta forma, pero debía admitir que se sentía demasiado bien. Abrí las piernas para acomodarme en el asiento, mientras seguía bombeando mi pene. La punta brillo llena de semen, y mire de nuevo a Erwin

Su respiración comenzó a agitarse, sus manos se aferraban con fuerza al volante y sus mejillas se tornaron color rojo. Estiré una de mis manos y comencé a acariciar su muslo, subiendo lentamente hasta su miembro. El jadeo sin dejar de mirar el camino, dejándome jugar con el

Lo apreté sobre la ropa, jadee de nuevo cuando sentí cerca un orgasmo pero sentí que era demasiado pronto. Deje ir mi pene, que se levantaba sobre mi estómago con fuerza

–Erwin, déjame llenarte, quiero sentirte apretarme– Hablé con voz baja, casi gruñendo– Déjame disfrutar de ti Erwin, eres el único que me hace sentir esto

–Ya basta Mike– Dijo molesto, aunque está vez se escuchó más bajo– Estoy conduciendo

–No te detengas

Me recline sobre mi asiento, empezando a masturbarme con más fuerza. Sentía las bolas pesadas y gruñía cada vez que bombeaba. Seguía hablando suavemente, haciendo a Erwin ponerse nervioso

–Ngh, Erwin... Se siente bien... Quiero follarte, quiero estar dentro de ti– Me estremecí al recordar la forma en que su interior se apretaba a mi alrededor– Cuando estoy dentro, se siente caliente y me aprietas tan duro

–¡Mike!– Me miró un momento, sus ojos fijos en mi pene, que seguía goteando y temblando en mis manos

–¿Lo quieres, cariño?– Pregunté cuando lamió sus labios– Se que te encanta, lo quieres dentro, quieres que haga un desastre de tu culo

Malos Hábitos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora